Por Federico Zermeño Padilla
En los últimos años, la ciudad de León ha sido señalada por la característica de tener un índice de pobreza económica de los más altos en el país. Se han establecido diversas mesas de discusión alrededor de este tema, en algunas de ellas hay empresarios y personas dedicadas a trabajos de desarrollo social muy exitosas que han establecido métodos de trabajo ejemplares. Todos ellos presentan un tema común: los salarios en León son muy bajos en relación a la satisfacción del pago de los bienes y servicios mínimos para desarrollar una vida digna desde el punto de vista humano.
Durante el siglo pasado, las principales actividades económicas de esta ciudad eran la producción de pieles para calzado y la conversión de esta en calzado, así como también la agricultura.
En la parte final del siglo pasado existió un movimiento socioeconómico en la región que provocó una diversificación de las actividades económicas y culturales, con el inicio de la industria automotriz, metalmecánica, entre otras. Además, el inicio del incremento de la exportación de bienes agrícolas e industriales. Asimismo, se iniciaron servicios necesarios para llevar a cabo estas actividades. Esto resultó en un mejoramiento del nivel de vida de las ciudades del estado.
Asimismo, fue también una etapa de inicio de inversión extranjera y foránea más intensiva. Esta diversificación se efectuó mediante un trabajo conjunto de gobiernos y sociedad con la participación de centros de estudios e investigación establecidos en el estado.
Guanajuato volvió a ser tema en el desarrollo económico del país. Esta inversión foránea y extranjera ha sido y es vista por políticos e inversionistas locales con recelo por el apoyo que se les otorgó, cuando en cualquier país siempre existe lucha entre los estados por atraer esas inversiones; más cuando hay que compensar servicios que no ofrecen los estados, como educación, mano de obra con habilidades para esos trabajos, etc.
La cultura artística también vio incrementar su calidad, vinieron artistas de renombre mundial. Más allá de El FIC, la sociedad estaba interesada y participaba en la política pública.
Pero algo sucedió que desde hace aproximadamente 10 años la sociedad dejó de importarle la política en general, la calidad educativa se vino abajo, el desarrollo urbano dejó de ser tema, la seguridad se hizo un tema peligroso, la economía, gracias a las exportaciones, se mantiene y como consecuencia de estos eventos, la competitividad ha venido disminuyendo y por lo mismo los salarios y prestaciones, sobre todo en el sector industrial como el del cuero y calzado, haciendo que la economía informal crezca, las diferencias socioeconómicas son más manifiestas y los gobiernos cuenten con menos recursos para cumplir con sus obligaciones básicas, además de su ineficiencia e ineficacia manifiesta, aunado a su falta de innovación y creatividad.
Esto nos ha llevado al momento actual, donde hemos arribado a los tiempos de gobiernos populistas, el interés principal de los actores políticos es ser populares a base de dádivas y ofrecimientos vacuos; solo es cuestión de analizar presupuestos y planes de gobierno para darnos cuenta del tipo de políticas que nuestras nuevas autoridades quieren implementar, sin ninguna visión de progreso, solamente populismo, con frases y programas absurdos: “Secretaría del Nuevo Comienzo”, “El Gobierno de la Gente”, “Tocando Corazones”. Solamente muestran una falta de conocimiento de la tarea y responsabilidad que exige el ser gobernante en el siglo XXI. Hoy, Guanajuato requiere de proyectos de innovación y crecimiento cultural y tecnológico.
El sector empresarial, salvo algunas excepciones, no muestra ningún interés por participar; como simple comparsa asisten a los actos que los invitan, aplauden, sonríen, felicitan y se toman fotos; aun sabiendo que no hay ningún programa sólido y con contenido de progreso. No exigen para evitar desagravios y malestar de “la Góber”. En los centros universitarios son muy pocas las manifestaciones públicas que expresen su sentir sobre las situaciones en los diferentes ámbitos de su actuar.
Así llegamos a una situación de decadencia que se manifiesta en diferentes expresiones que lo demuestran: declaraciones y acciones sin respuesta. Es cuestión de ver ejemplos de los mismos a través de declaraciones y acciones, locales y nacionales:
-Un secretario de estado, en Guanajuato: “No se reacondiciona el Hospital Civil de León, porque no sabemos si es rentable, además puede llevar a la quiebra de su secretaría y podría acabar con las finanzas del estado”. (SIC).
-Se extingue un fideicomiso que se creó para desarrollar acciones sociales en beneficio de los menos favorecidos en el desarrollo social y económico, este proyecto que nació de la sociedad civil estaba renaciendo la urgente participación de la misma en acciones públicas.
En esta ciudad se cancela un proyecto cultural de hace 60 años, para construir en su terreno un centro policiaco. Este proyecto le iba a dar base a la memoria histórica de la economía de la ciudad con una visión actual y de futuro, proyecto que fue desarrollado por el arquitecto mexicano con reconocimiento internacional, Enrique Norten.
-Se elimina de facto la Constitución que era la base legal que dictaminaba las relaciones sociales de los mexicanos, ahora la única voz será la de el gobierno.
-Se eleva a rango constitucional los derechos de las mascotas.
-En León se construye un hospital para mascotas y se niegan recursos para establecer centros de atención a los adictos.
-Con un nivel de enfermos derivados de la violencia que invade el estado, no existen centros de atención suficientes para atender a ellos y sus familiares.
La situación actual en Guanajuato:
-Exilio de personas que buscan mejores oportunidades que el estado no les ofrece.
-Baja de indicadores socioeconómicos del estado.
-El uso de los recursos públicos, buscando solo el voto.
Existen más hechos que nos indican que estamos en una sociedad decadente, etapa que siempre es anterior a una mejor época. Ante este escenario, ¿qué relación existe entre competitividad y salarios?
Para determinar los caminos para mejora de los salarios, tema por sí mismo de justicia social y económica, necesitamos determinar qué tan competitivos somos, estudiar los diferentes elementos que influyen en la misma, como salud, educación, movilidad, calidad de vida, etc. Si estos son positivos, algo está mal y los empresarios serían unos esclavizadores. Pero si vemos que las industrias donde los salarios son muy bajos han perdido competitividad mundial, hay que analizar cuáles son los factores que inciden en esto. Hay historias industriales en el siglo XX, países que eran fuertes en ciertos sectores, cambiaron de actividades con más futuro, lo hicieron con un plan donde participaron gobiernos y sociedad. Los ingleses en la industria siderúrgica, Italia en el calzado, Brasil en el caucho, México en la industria henequenera, entre muchos otros ejemplos.
En León, como en el resto del estado, urgen centros de estudios económicos y sociales, además de una mayor participación de universidades e instituciones para mejorar la competitividad de la ciudad. Ni somos fuertes ni somos grandes, solo somos una ciudad que requiere de programas sociales, culturales, educativos y económicos que nos permitan asegurar un futuro prometedor.
Abrámonos a la discusión de cómo mejorar el ingreso y calidad de vida de todos los leoneses para lograr un lugar para vivir mejor con una visión de futuro.
