Ante la perspectiva de que Morena gane 4 o 5 de las 6 elecciones estatales del domingo, muchos analistas, opinadores y mortales nos preguntamos por qué la oposición no se une en comicios donde la aliada ganaría. La respuesta no es tan obvia.
En México, a un partido político le toma décadas armar liderazgos locales sólidos que los representen y que alimenten a su base en forma cotidiana. En este momento, sólo PAN, PRI y Morena cuentan con una red de éstos que merezca calificarse como “nacional”. Por “zombis” que parezcan, hoy es indispensable aliarse con estos partidos para ganar comicios presidenciales.
La lealtad y el esfuerzo de esas dirigencias locales se premia, eventualmente, con candidaturas a elecciones de diferentes niveles: presidencias municipales, diputaciones estatales o federales, senadurías, etc. Cuando, con tal de ir en alianza, se le da preferencia a una candidatura “ciudadana” o, peor aún, al candidato del partido contra el cual ese líder local lleva sexenios luchando, se corre el riesgo de que esas redes se desmoralicen, se desmoronen, o incluso que se escindan y cambien de colores.
Partidos nuevos como Movimiento Ciudadano van armando su red poco a poco, y a veces toman el atajo de lograrlo seduciendo a liderazgos de otros partidos. Esas deserciones implican regresiones dolorosas para el partido despojado y dificultan la construcción de alianzas posteriores, pues provocan malestar en las dirigencias afectadas. Ese sería, por ejemplo, el motivo de la enemistad entre MC y PAN en estados como Jalisco.
Cuando Dante Delgado dice que MC no va a aliarse, su estrategia puede tener sentido. De entrada, a veces las alianzas cuestan, como lo mostró el miércoles la encuesta de Reforma en Aguascalientes. Ahí la mayoría rechaza al PRI. Si MC nomina a un candidato presidencial competitivo -Colosio, Samuel, Alfaro- su partido puede pasar de ser uno de 6%-8% a uno de 20%-25%, y volverse atractivo para muchos disidentes de PAN, PRI y, crecientemente, de Morena, volviéndose un poderoso partido bisagra a corto plazo y, eventualmente, desarrollando esa valiosa red nacional.
La gran pregunta a hacernos es si México resiste un segundo sexenio de Morena; en mi opinión, no. Sí, sobrevivimos 12 años de Echeverría-López Portillo. Pero era un momento diferente tanto en lo nacional como en lo global. Se nos agota el tiempo por motivos puntuales. Cada día, México es menos joven. Se va acabando nuestro bono demográfico (el hecho de que tengamos más gente en edad laboral que la suma de niños de 15 o menos y adultos de 65 o más). Hace 20 años, nuestra edad promedio era de 26, hoy es 32. Nuestra tasa de natalidad no es muy distinta a la de EU. No estamos educando a nuestros jóvenes, ni les ofrecemos herramientas para encontrar trabajo digno. A este paso, pronto seremos un país de viejos pobres y analfabetas, que venderán su voto por mendrugos.
Hoy somos una potencia manufacturera, y logísticamente importantes para cadenas de suministro que se regionalizan en Norteamérica al salir corriendo de China. Dada la robotización y los sistemas de impresión digital, nuestras ventajas relativas dejarán de serlo. Hoy tenemos valiosas reservas de hidrocarburos en el subsuelo. Conforme las energías limpias avancen, éstas perderán valor. Además, Pemex tuvo su menor producción en 42 años para un mes de abril, dada la falta de inversión. Hoy podemos intercambiar ese gas y petróleo por escuelas, hospitales e infraestructura que detone nuestra competitividad. Claramente, eso no ocurrirá con otro gobierno de Morena. Si a lo anterior le sumamos el deterioro en seguridad, el alarmante avance del crimen organizado, el desastre en materia ambiental y el éxodo de migrantes valientes, de jóvenes educados y de empresarios prominentes, parece claro que se nos acaba el tiempo.
Como me explicó un político que le entiende, algunos partidos ganan más cuando pierden que cuando ganan. Pero eso es cierto si -y sólo si- no llegamos a un punto en el cual la crisis en México alcance un punto sin retorno. Ahí estaremos si no le arrebatamos ya las riendas a Morena.
@jorgesuarezv
