¡Reabrió Explora! Pasada la pandemia y dadas las condiciones adecuadas, el Centro de Ciencias, reabrió sus puertas al pueblo.
Al igual que muchos espacios que estuvieron cerrados durante dos años, permite ahora el regreso a la normalidad, pues está documentado que la pandemia COVID-19 tuvo un impacto negativo severo en el proceso de aprendizaje por el confinamiento y el uso de la virtualidad para las escuelas, pues la interacción humana es insustituible. Era necesario abrir Explora para contribuir al reencuentro de los escolares y regresar al aprendizaje vivencial.
En datos “duros”, encontramos que 6 de cada 10 leoneses conoce y ha visitado Explora. Parece una cifra baja, pero todavía tenemos mucho que hacer para que las clases sociales más pobres puedan conocer este hermoso espacio que ahora ofrece un centro de educación ambiental llamado La Libélula. La educación ambiental es clave en el crecimiento de niñas, niños y adolescentes (NNA). León necesita estos espacios lúdicos, de experiencia viva. En la medida en que más sentidos entran en contacto con estímulos externos, más serán un aprendizaje significativo para los pequeños.
El desafío para enseñar ecosistemas, energías renovables, el ciclo del agua y del carbono, la separación de residuos, la compostación y que puedan fomentarse actitudes, valores y conductas, es la experiencia, la vivencia, que se complementan con la comprensión teórica. En León, por ejemplo, apenas iniciamos en el diseño de elementos didácticos ambientales: un generador eólico en algún punto clave de la ciudad; un panel solar que el transeúnte pueda observar para comprender la transformación energética; una planta de tratamiento donde con cristales (como en la UTL) pueda observar la transformación del agua negra en agua tratada. Charlaba con directivos de Vibra, espacio deportivo auspiciado por Flexi, sobre cómo transformar sus áreas en espacios vivenciales de aprendizaje de la naturaleza, pues el reciclamiento de las aguas residuales, la disposición de residuos sólidos urbanos y la compostación de biomasa, son indispensables en la educación ambiental y provocar así, una experiencia ambiental que será recordada toda la vida por los visitantes.
Fui invitado, les decía, a la inauguración de La Libélula, el centro de educación ambiental de Explora, iniciativa que representa un enorme esfuerzo financiero del gobierno estatal y del municipal, para tener un espacio de encuentro para la sociedad en su conjunto. Tiene una arquitectura proyectada en una estructura que evoca las alas del insecto y que en su interior cuenta con espacios para la interacción de grupos con mentores y tecnología digital. Junto con la inversión realizada para La Libélula, el Patronato de Explora canalizó recursos también para la modernización de las salas de Explora y esto es una gran noticia. El diseño ambiental que tiene La Libélula es potente, pues la altura que tiene, generó espacios aéreos para ofrecer una sensación de libertad y la tecnología interactiva permite en la sala digital, saber de la huella ambiental y la de carbono. Tiene un simulador de las cadenas tróficas, donde se aprende de la dinámica de ecosistemas y un modelo a escala de la cuenca hidrológica del Bajío.
La Libélula tiene oportunidades a futuro para dar a conocer su diseño bioclimático, mostrar el aprovechamiento del agua de lluvia, que su hermoso espejo de agua tenga como entrada el agua tratada de sus baños, que la cafetería composte residuos orgánicos, que los pequeños “toquen”, “huelan”, “escuchen” al planeta azul y sus sentidos se impregnen del color verde que da la vida; que cuente con carriles didácticos de separación de basura con un invernadero vivencial donde vean la polinización y la germinación de la vida y todo, con mentores de la tercera edad como hoy lo hacen en otros países.
Vendrá ahora la etapa de divulgación de la nueva propuesta de Explora, para que La Libélula pueda recibir a las mayorías infantiles de la ciudad (alrededor de 700,000 en esta ciudad y de la zona metropolitana) y que se complemente con otros espacios de educación (pocos todavía) que tiene la ciudad: el Parque Metropolitano, el Zoológico, el Parque Chapalita y el Acuario, pues los profesores y padres de familia debemos buscar experiencias lúdicas para la educación ambiental. Deberá enriquecerse con los puntos de vista de profesores que imparten asignaturas de sustentabilidad ambiental para allí mismo, incluso, ofrecer cursos de actualización y diseñar experiencias ambientales en las áreas externas de La Libélula. Explora en sus décadas de vida ha dado un servicio indispensable para que con visitas guiadas y en familia, NNA entren en contacto con dimensiones de la vida, del agua, de la tecnología, que recordarán toda la vida. Con la participación de gobierno, empresas y sociedad, es un proyecto colectivo que recibe aportes de gran cantidad de entidades para que proyecte su vida al futuro. Bienvenida La Libélula a ese sueño.
