Nos ofrecieron $4,500 pesos por semana por un mes. Como aquí sólo ganamos $1,800 a la semana, se nos hizo atractivo”.
Así me platicó Mario, un albañil al que le di un “ride” en Semana Santa, tras encontrarlo al ascender a las montañas en la fabulosa carretera de Mazatlán a Durango.
Bueno, fabulosa si vas en carro (es una gran y hermosa obra). Pero Mario iba caminando y me dio pena verlo pedir aventón. Nadie se paraba. Ni yo. Recapacité, di la vuelta.
Aparte de realizar una buena obra, recogí una terrible historia que tristemente se repite cada vez más en México.
A Mario le hicieron esta propuesta en Durango, donde vive. Él y 27 más tomaron la oferta. Así tal cual. Antes de juzgarlo ponte en sus zapatos: mantiene a esposa y 4 pequeños. Y con $1,800 a la semana, está en chino.
“No subieron a la caja de un trailer y nos quitaron celulares. Sólo bajábamos al baño. Llegando a Culiacán jalamos para la sierra. Nos escoltó un carro con vidrios polarizados y personas con armas largas. Pensé, esto pinta muy mal”, me contó.
Pues en una parada al baño, Mario y cinco más huyeron. Sólo tres tuvieron éxito, a los otros tres los capturaron.
“Vi cómo les dieron una madriza con tablas. Me regresé caminando. Ya llevo 3 días. Dormí como pude y comí lo que encontré. Lo bueno es que ya estoy cerca”, explicó.
Terrible: arriesgó su vida por una promesa de $18,000 pesos.
La triste realidad de la pobreza en México. Ah, y también de cómo narcos controlan cada vez más territorio. Según un reporte de Estados Unidos, gobiernan el 35% del país. La historia de Mario es sólo una probadita.
De hecho, tuvo mucha suerte. No quiero imaginarme “la obra” a la que iban a trabajar los 25 que no escaparon. Y cuál será su destino final.
Esta es la realidad que conoce a fondo el Presidente. La vive, la entiende. Y, sin embargo, sus “soluciones” no arreglan nada.
Programas de aprendices realizados al vapor (como tantas cosas en la 4T) no sirven para mucho (relee “¿Aprendices de mentiritas?”). Aunque los apoyos atemperan la pobreza (por cierto, a Mario no le había tocado ninguno), no atacan las causas raíz del atraso.
Y es que la solución real requiere mucho tiempo y precisión de ejecución. Pasa primero por transformar nuestro terrible sistema educativo (relee “¡Son los maestros!”), una labor titánica de décadas.
Patéticamente, AMLO (ayudado por el omiso de Esteban Moctezuma) tiró la evaluación magisterial, indispensable para mejorar la educación y que tanto trabajo costó lograr. Hoy sindicatos rijosos (sobre todo la CNTE) están felices. Y esto es una pésima noticia.
Sí, la reforma educativa de Peña tenía bemoles y debía mejorarse. Pero era un paso en la dirección correcta.
A riesgo de ser simplista, la segunda parte de la solución para reducir la pobreza es crear empleos bien pagados.
Por ejemplo, el salario promedio en la industria metalmecánica exportadora en México es de $27,612 pesos, según IMMEX. Más prestaciones y, claro, con seguridad social (salud y pensiones).
Pero claro, el gobierno hace todo lo contrario.
Se pelea con la IP, les cambia reglas y los acusa. Ahuyenta a las empresas, que aportan el 85% de la inversión en el país y que representa el 17% del PIB. Ah, y que generan los empleos que sostienen el consumo, que suma otro 67% a nuestra atribulada economía.
La antipolítica económica de la 4T perpetúa el atraso. Por eso no es casualidad que existan 9.4 millones de personas que no tienen empleo o ni siquiera lo buscan. Una tasa de desempleo real del 18%.
Uno de cada cinco mexicanos en edad de trabajar no trabaja.
Por eso no es casualidad que el 57% de los empleos sean informales. Por eso no es casualidad que, según el Coneval, 52 millones de mexicanos ni siquiera puedan comprar una canasta alimentaria básica.
Por eso no es casualidad que Mario se subiera al trailer.
Su historia tuvo un final semifeliz, cuando lo dejé cerca de su casa, en un cerro a la entrada de Durango. Esa semana no ganó $1,800 pesos, pero sí los $1,500 que le di antes de despedirme.
Para cambiar estas historias hay que cambiar el modelo.
No hay de otra.
Posdata. No vacunar al personal médico privado es como mandar a algunos soldados a la guerra sin fusil. Terrible hasta dónde llega el divisionismo de la 4T. Ojalá no se olvide esto el 6 de junio.
En pocas palabras…
La pobreza no es socialismo”. –Deng Xiaoping, líder Chino.
Twitter: @jorgemelendez
