Una venda que cure las heridas y no que tape los ojos. El León obtuvo las tres ‘G’ ante el Querétaro: goleó, ganó y por eso, gustó.

Un triunfo que vale oro varios casilleros: anímico, matemático, moral, en la diferencia de goles, en lo mental y también en lo futbolístico. Ganar siempre será saludable y la condición en la que estaba el equipo hasta antes de los tres puntos ante Gallos era peligrosamente enfermiza. El triunfo cortó los efectos, amainó los síntomas y ahora el enfermo está bajo observación.

El torneo está dejando su etapa de ‘niñez’ y se perfila para entrar a la juventud. Los resultados que ahora obtenga el León son los que puedan definir su futuro en la etapa más madura de la competencia. Segundo partido sin perder, cuatro puntos en la bolsa y tablas en la diferencia de goles. El León levanta una vez más los puños y quiere dar pelea.

Nadie le  regaló nada el sábado, aprovechó su momento ante un rival que no tuvo manera de contender en casi todo el juego y tampoco en muchas partes del campo y en la banca.

Nadie puede desacreditar la legítima victoria de los verdes y mucho menos el  ‘momentum’ que vivió con su afición. Pero tampoco se puede confundir y se debe de saber que la venda que el León se puso es en la herida y no en los ojos.

Este equipo necesita seguir trabajando mucho para consolidar una forma de juego. Que la estridencia de la goleada, que la euforia de la contundencia no nos confunda. Potenciar la forma colectiva y poner a punto en lo individual a todos, sigue siendo asignatura pendiente.

El gol 100 puede esperar…

El capitán del equipo, goleador histórico, bicampeón de la Liga, anotó un gol mucho más importante que el que está buscando para cerrar la cuenta, el número perfecto: 100 goles.

Boselli le regaló a Montes un gol, prefirió servir a su compañero y dejar de lado su instinto goleador.

‘El Chapo’, otro no menos histórico e importante para el León, cerró la pinza y corrió a abrazar al Matador.

Era el gol 100 de Mauro, era el de otro récord, pero lo cambió.

Al goleador de Barracas se le acaba el tiempo, se le acaban los partidos y el récord histórico del club está cada juego cada vez más cerca o cada vez más lejos, si anota o no, respectivamente.

Han sido meses complicados, pues Boselli no ha renovado su contrato con la Fiera; el atacante igual no continuaría en la institución para la siguiente temporada.

Un motivo para seguir adelante es irse como el goleador más importante del club y aún así, con las pulsaciones a millón por minuto, con todo lo que implica cada gol para alguien que vive de ellos, aún y cuando estaba cerca del área chica, aún y cuando el instituto básico decía ‘dispara’… Boselli apostó por el equipo.

Gol, Mauro, gol. El gol que le regalaste a la afición no lo paga nada, todos sabemos lo que buscas y sin embargo, lo dejaste ir… por ahora.

El gol 100 puede esperar.

@pacovela

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