México encontró consistencia colectiva e individual.

Lejos Corea de ser el sinodal que fue Alemania el gran reto para México en la segunda jornada de la Copa del Mundo era la propia selección nacional.

Existía una interrogante por saber cómo se comportarían tanto los dirigidos por Juan Carlos Osorio como él mismo.

Osorio sorprendió con sólo un movimiento, mantuvo el equipo que enfrentó a Alemania y el resultado fue el de una victoria. Tres puntos que le dan paso perfecto en dos partidos que lo tienen a las puertas de la calificación pero sobre todo con un funcionamiento muy parejo, demostrando madurez mental y de juego, algo que le costó mucho trabajo no sólo durante el proceso eliminatorio sino históricamente 

México sigue teniendo buenos momentos individuales sigue siendo el colectivo y su esencia su mayor ventaja competitiva. En momentos decisivos han aparecido jugadores importantes pero es el esfuerzo, entrega y buen entendimiento del conjunto lo que hace de la selección un equipo altamente competitivo.

Suecia será un sinodal mucho más importante que los coreanos, reitero, al margen del resultado será importante ver la consolidación de lo que nos han estado mostrando en el terreno de juego. Si México sigue siendo congruente con su juego sea cual sea el resultado hay más motivos para festejar.

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