Ante la falta de un rastro en Moroleón por 15 años, el alcalde Juan Manuel Guzmán ha advertido a las autoridades de salud el que no se desate un brote de alguna epidemia, pues desconoce la calidad de carne que consume la gente de esta ciudad.
Al haber mataderos clandestinos de reces y porcinos para comercializar la carne en distintos establecimientos, no hay quién pueda verificar las condiciones de higiene ni de salud de los animales.
Desde el inicio de su gestión, Guzmán Ramírez promovió proyectos en diferentes instancias estatales y federales para darle continuidad a la terminación del edificio del rastro ubicado en la comunidad de Cuanamuco, hoy en día se encuentra en pleno abandono.
La pasada administración de Jesús Rosiles construyó la primera fase del rastro con 5 millones de pesos que sirvieron para edificar el área de sacrificio de animales, pero sólo quedó en obra negra.
El presidente dijo no haber tenido respuesta sobre el proyecto, pues dijo que le han cerrado las puertas o simplemente las instancias no quieren aportar recursos para la continuación de la obra.
El alcalde aclaró que el rastro está diseñado para ser Tipo Inspección Federal (TIF), pero al no funcionar ese tipo de rastros se determinó por modificarlo para hacerlo por lo pronto municipal, aunque no se han tenido recursos para poder culminarlo.
Lo que haría falta para ello sería la instalación eléctrica, una planta tratadora, una zona de cámaras de refrigeración, oficinas y corraletas.

Mejoran ciclovía

El Ayuntamiento anunció que se encargará de arreglar la ciclovía del Circuito Moroleón debido a que ésta no cumple con las especificaciones adecuadas para su funcionamiento.
La vialidad que tiene 30 metros de ancho, lo cual se considera bastante amplia, pues cuenta con 2 carriles además de sus banquetas y un camellón central.
Según Daniel Raya Zamudio, director del Instituto Municipal de Planeación (Implan), el diseño de la ciclovía en el circuito se montó en la orilla de cada uno de los carriles, pero no se le dejó el espacio adecuado.
El detalle es que de acuerdo con las especificaciones internacionales para la construcción de carriles de ciclovía, es que éstas deben ser de 1.50 metros de amplitud, pero sólo se acondicionaron 80 centímetros.
“Esta es una vialidad con circulación vehicular de 40 kilómetros por hora no es una carretera, aunque mucha gente la usa como tal; al reducirse los carriles se empieza a moderar la velocidad”, expresó el funcionario.
Todo dependerá de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (Sedeshu) para que libere el recurso y que el Ayuntamiento se encargue de ampliar el carril, colocar boyas e instalar señalética.
Se estima que en este mes de septiembre la dependencia estatal pueda asignar el recurso, posteriormente entrará la fase operativa del municipio de hacer la licitación, concursar la obra y emplear el trabajo.
También se acondicionará uno de los carriles sobre el bulevar Esquipulas; mucha gente utiliza esta arteria para conectarse con el Ponciano Vega.

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