Las lágrimas se deslizaban sin control por el rostro incrédulo de Javier Hernández cuando escuchó el silbatazo final. No era el gol, ni el pase del Real Madrid a Semifinales de la Champions, sino lo que la confianza de Ancelotti en un partido crucial significó: la liberación de todos sus demonios y frustraciones.
“He llorado mucho, mi situación es frustrante. Yo coopero, ayudo y doy el 100 por 100 en los entrenamientos pero en los partidos mis oportunidades son nimias”, aseguraba un desilusionado Hernández hace casi un mes y luego de más de dos años sin disputar un partido de Champions League.
Ayer en el Santiago Bernabeú, y con un marco insuperable, no se vio a ese mexicano contrariado que tenía 895 días sin jugar en la Champions; todo lo contrario, pisó la cancha un Javier decidido a cambiar la historia aunque el cuadro colchonero se encerrara a cal y canto esperando un chispazo de buena fortuna.
Ésta, sin embargo, llegó vestida de blanco inmaculado y esperó, dejó que pasaran los minutos. No estuvo al 30’ de acción cuando el ex de Chivas cabeceó  incómodo el centro preciso de James Rodríguez.
Mucho menos cuando Alarcón le filtró un balón al “14” de los merengues y éste terminó cruzando demasiado su disparo. Pero Javier no desistió, no lo ha hecho nunca, ni cuando salió de su natal Guadalajara para emprender la aventura europea, menos ahora, en el momento más importante de su carrera.
El delantero tricolor lució. Ancelotti lo mantuvo en la cancha pese a su yerros, pues era el hombre que más peligro había generado frente a la meta del arquero del Atlético, Jan Oblak, pues ni Ronaldo, ni James habían podido romper la muralla colchonera.
El empate parecía cantado, el timonel del Real se había guardado todos sus cambios pues el estadio ya apestaba a tiempos extras, y a unos muy difíciles debido al gran desgaste físico que ambos cuadros habían realizado en el tiempo reglamentario.
Con un hombre menos, luego de la expulsión de Arda Turan al 76’, el Atlético no se desmoronó, pero acusó cansancio y desconcentración en los últimos minutos. Eso, y un estilo de juego poco habitual en ellos, los mató.
La fortuna no esperó más. Al 88’ Rodríguez dio un pase a Ronaldo que ya estaba dentro del área colchonera; el desbalance debido a un jalón del rival no frenó al portugués pero no lo dejó rematar; soltó el balón en cambio y le cedió la gloria al nieto de Tomás Balcázar.
De forma poco ortodoxa -como en toda su carrera- remató el balón con la pierna derecha casi cayendo y en cámara lenta. Éste finalmente se coló hasta el fondo de la red de Oblak… así terminó la batalla en el Bernabéu, con un 1-0, mismo marcador global.
Así escribió Hernández, con letras de oro, su nombre en las páginas del Real Madrid, así se convirtió en héroe, uno que no tiene miedo en mostrarse con lágrimas en los ojos, a fin de cuentas, un héroe también es de carne y hueso.

‘Este gol es de todos’

Javier Hernández aseguró que el gol del pase del Real Madrid a Semifinales es el más importante de su vida, además de dar crédito a sus compañeros por la anotación.
“Esto es de todos. Es de toda la gente. Me tocó marcar a mí, pero es de todos. La gente confió en mí, mis compañeros y mi familia. El gol es para todos ellos”, dijo el mexicano.
“(El gol) es el más importante porque el presente es lo importante. Esto da confianza. Gran asistencia de Cris. Tocaba ganar”.
Hernández destacó al Atlético como un digno rival.
Sobre el rival que prefiere en Semifinales, “Chicharito” afirmó que no tiene predilecto de entre Bayern Múnich, Juventus y Barcelona.
“Para ganar la Champions le tenemos que ganar a todos”.
Hasta su técnico, Carlo Ancelotti, reconoció que el momento del “Chicharito” es justo.
“Tenemos que felicitarle porque ha pasado un año difícil, sin jugar mucho, pero siempre ha entrenado, luchado y sufrido. Nunca ha bajado los brazos en los momentos más difíciles, es un premio para él”, aseguró. 

Invade llanto al mexicano

De tanta emoción, “Chicharito” llegó hasta las lágrimas. Cuando en su lugar entró Jesé, al minuto 92, el mexicano fue a la banca de su equipoy  se sentó al lado del portero tico, Keylor Navas. El llanto invadió al mexicano después de convertirse en el héroe que resolvió el partido por el Real Madrid, con quien ha batallado mucho para tener éxito.

Lo peleó y se lo ganó

Javier Hernández leyó bien una jugada entre James y Cristiano y al ver al portugués entrar al área, se desmarcó con inteligencia para recibir y sólo empujar.

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