De finca a casa cuna, y de prisión a un recinto cultural. Las paredes de la Ex Cárcel Municipal están llenas de historia.
El edificio ubicado en la esquina de las calles Belisario Domínguez y Justo Sierra, en el Centro, funcionó por más de 80 años como un lugar de castigo para los criminales.
Hoy, tras una amplia remodelación, y a casi cuatro décadas de que se propusiera para funcionar como un espacio cultural, la ex cárcel espera recibir el ya anunciado Museo de las Identidades Leonesas.
Fue en marzo de 1986 cuando se anunció en los medios que el proyecto del Museo Histórico Municipal sería realizado durante aquella administración.
Entonces el presidente Antonio Hernández Ornelas, en ese mismo año, anunció que el viejo edificio sería ocupado como museo, archivo, hemeroteca o fototeca.
Los cuartos habían sido testigo del castigo social que vivieron criminales como Rogelio Cardona Velázquez, Rafael Andrade Hernández, Manuel Márquez y José Olivares Caballero, algunos de los que lograron fugarse de esa prisión.
Ahora, dice su misma descripción, será la primera institución dedicada al patrimonio intangible de la ciudad.
La rehabilitación
A lo largo de su historia, el edificio de la ex cárcel ha sido intervenida conforme fue cambiando su uso.
La primera tarea emprendida fue revertir varias de las modificaciones hechas desde su desocupación como prisión.
Fue a través del proyecto del Instituto Cultural de León (ICL) que el Gobierno Municipal se dio a la tarea de rehabilitar el inmueble. El proyecto inició en 2012, abarcando una superficie de cuatro mil 188 metros cuadrados.
La intervención contempló la reconstrucción con su técnica constructiva original del entrepiso de bóveda catalana. Además, se reemplazó la viguería de madera.
También se rehabilitaron muros poniendo protección contra humedad, uno de los principales problemas del inmueble, por medio de aerodrenes, que son pequeños tubos insertados en los muros que tienen un efecto secante por la circulación de aire fresco.
Otro de los espacios intervenidos fue la cubierta del patio principal con más de 500 metros de cristal templado. Se hicieron excavaciones para mejorar el terreno y se realizaron tareas de conservación en la bóveda escarzana de su primer piso, además de instalar nuevas redes hidrosanitarias y eléctricas.
De acuerdo con la información presentada en el mismo recinto, se tuvo una inversión total de 6 millones 200 mil pesos, aportados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
La historia de la prisión
La Ex Cárcel Municipal se ubicó en lo que fuera una finca virreinal levantada en el siglo XVIII por Cristóbal Esquivel y Marmolejo. Ésta era usada como almacén y abarcaba de lado a lado, desde la cuadra del Sable (hoy Comonfort), hasta la de los Siete Vicios (Belisario Domínguez).
A principios del siglo XIX, Isabel de Urruchúa y Marmolejo, la última heredera del fundador, la vendió al sacerdote José Manuel Velarde, que dedicó el lugar a la recaudación de diezmos. Y en 1851 la propiedad fue adquirida para convertirla en un hospicio de pobres, pero funcionó como casa cuna al cuidado de las hermanas de la Caridad.
Y en 1902 se convirtió en cárcel, como tal funcionó por más de 80 años.
Lo que nos da identidad
El Arco de la Calzada, las guacamayas, el cotillón, los caldos de oso, el 20 de Enero, la cebadina y hasta el tono “cantadito” son algunos de los referentes que identifican a los leoneses.
Éstos esperan unirse en este espacio para registrar las expresiones de cultura local que dan identidad a los leoneses.
La idea de un Museo de las Identidades Leonesas radica en crear un espacio en el que los ciudadanos sientan pertenencia.
Aunque no hay fecha concreta, autoridades del ICL comentan entre sí que se espera se abra este año. Para el equipamiento se cuentan con 10 millones 200 mil pesos, también aportados por Conaculta.
Las personas, los objetos, situaciones y las historias leonesas serán reflejadas en lo que pasó de ser un lugar de castigo a un espacio para la cultura.