A pesar de que existen programas de Gobierno para contrarrestar el trabajo infantil, aún se puede ver por las calles e incluso en negocios a menores de edad, quienes prestan sus servicios por poco dinero y en ocasiones, de manera gratuita.
Comúnmente se puede observar a niños que ofrecen dulces, pulseras y otros artículos a quienes visitan los negocios del Estadio Sergio León Chávez, donde a diario deambulan por las tardes.
Instituciones sociales como DIF, así como dependencias gubernamentales como Desarrollo Económico y Desarrollo Social y Humano, buscan disminuir la cantidad de niños que trabajan en las calles, con programas de apoyo laboral a sus padres, como capacitaciones y pláticas para lograr que los menores de edad dejen el trabajo, así como cursos y talleres para alejarlos de esta actividad.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tres millones de menores de edad trabajan en México, de los cuales 882 mil 778 niños son menores de 14 años y la mayoría lo hacen más de 35 horas a la semana.
De éstos, 68% son niños y 32% son niñas; 44% no reciben pago por sus labores y el 39.1% no asisten a la escuela.
Sergio Eduardo Delgado Santillán es un niño de 11 años que todos los días, a partir de las 5 de la madrugada acude a la central de abastos para trabajar en el negocio de su papá, en el que desarrolla actividades como barrer y cuidar la mercancía, pero sin recibir ninguna paga.
A pesar de que sigue asistiendo a la escuela, Sergio Eduardo pasa la mayor parte de su tiempo en la tienda, dejando muchas veces de lado algunas actividades propias de los niños.
En Irapuato, el DIF cuenta actualmente con tres niños en custodia, dos niños y una niña que desde hace cinco años permanecen en el centro, para evitar que sigan laborando en las calles y canalizándolos a casas de asistencia social, pero no tienen detectado ningún caso durante el 2013.
Este centro trabaja en conjunto con la Dirección de Desarrollo Económico, en un programa de apoyo a padres en el que tratan de darles una fuente de empleo a ellos, para evitar que los mayores sigan lucrando con los menores y se les permita vivir su infancia de manera digna.

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