El presidente Enrique Peña y su homólogo estadounidense, Barack Obama, dieron un giro de 180 grados a la relación bilateral al centrarla en la agenda económica y ya no en los temas de seguridad y migración.
Ambos mandatarios acordaron crear un grupo de alto nivel para potenciar la relación económica y de comercio.
“Esto significa que por primera vez, y quizá en un hecho inédito, se estarán reuniendo el gabinete económico de México con integrantes y titulares de distintas dependencias del Gobierno americano, del más alto nivel. Y, adicionalmente, la incorporación del Vicepresidente de los Estados Unidos para que puedan dialogar y puedan tomar acuerdos sobre cómo las acciones del Gobierno pueden acompañar los esfuerzos del sector privado para lograr una mayor integración económica”, anunció Peña en una conferencia conjunta, luego de un encuentro privado en Palacio Nacional.
“Creo que tenemos una enorme oportunidad de auspiciar más comercio, más puestos de trabajo, más tráfico entre nuestros países”, secundó Obama, luego de aclarar que los temas de combate a la violencia y el narcotráfico y el de la migración siguen siendo “desafíos urgentes”, pero que no se puede perder de vista la relación mayor de ambos países, que es la económica.
Obama aplaudió las “ambiciosas reformas” emprendidas por el Gobierno mexicano para que la economía sea más competitiva.
“Solamente los mexicanos pueden decidir qué reformas realizar, pero quiero enfatizar que en la medida en que México sea más competitivo tienen en Estados Unidos un aliado fuerte”.

‘Nuestros lazos van más allá de partidos’

En Palacio Nacional, entre los presidentes Enrique Peña Nieto y Barack Obama gravita la figura de Adolfo López Mateos, mexiquense como el anfitrión y, por lo visto, personaje admirado por éste.
“Somos de la misma tierra. Es alguien a quien yo admiro mucho”.
En la Galería de Presidentes Peña Nieto se detiene con su invitado y le señala la pintura de López Mateos, un Mandatario que era vitoreado en las calles pero que vio manchada su gestión con la represión a los maestros y los ferrocarrileros.
Ahora, medio siglo después, asoman para el Presidente en turno problemas magisteriales y rechazo al Pacto por México en las marchas por el 1 de Mayo en la capital y varios estados de la República.
Cercada la plancha del Zócalo, afuera de Catedral un puñado de curiosos se agolpa sobre las vallas metálicas para atisbar algo de la reunión de los presidentes. No hay mayor algarabía entre la gente que resiste el solazo de las tres.
Con Obama a su lado en la rueda de prensa, Peña Nieto desliza otra vez la figura de López Mateos para recordar la visita que hace 51 años efectuó el Presidente John F. Kennedy.
“El Presidente Kennedy le expresaba al Presidente López Mateos: ‘La geografía nos ha hecho vecinos. La tradición nos ha vuelto amigos. No permitamos que nadie separe lo que ha naturaleza ha unido.’”, cita Peña Nieto en una intervención preparada.
El afable primer encuentro en el Patio de Honor de Palacio Nacional –”Hola, Enrique”, “Hi, Barack”– ya no da pie para algo más, a no ser el recorrido que por su despacho y por el primer piso ofrece Peña a Obama.
A contrapelo de lo que se estila en este tipo de encuentros, sorprende que los dos mandatarios no hayan sostenido una reunión a solas, acompañados sólo por el traductor, aunque por la noche el mexiquense ofreció una cena informal al jefe de la Casa Blanca en la remozada casa Miguel Alemán, con apenas 24 comensales.
En su despacho, Peña le pide a Obama una foto con su escritorio como fondo. Luego viene un breve recorrido en el que el Presidente número 45 de Estados Unidos mira con curiosidad los candelabros y luego echa un vistazo a una pintura del cura Hidalgo.
El breve “tour” termina cuando se abren las puertas del Salón Recepciones, en cuya larga mesa se acomodan las comitivas de ambos mandatarios, previa presentación de funcionarios.
Si es cierto que la economía pasa a primer término en la relación bilateral, para desdibujar o restar fuerza al tema de la seguridad, que Peña Nieto se hiciera flanquear por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y por el titular de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, como que no cuadra del todo.
Según revela más tarde el Procurador Jesús Murillo Karam, la Iniciativa Mérida que vieron nacer los ex presidentes Bush hijo y Calderón no fue tema de la reunión y, “por lo tanto, sigue vigente”.
A la mesa se sientan también los secretarios de Hacienda y Crédito Público, Economía y Comunicaciones y Transportes, Luis Videgaray, Ildefonso Guajardo y Gerardo Ruiz Esparza, respectivamente.
La sustancia de la visita de Obama a México cobra cuerpo en el Salón Recepciones, y de ello dan apretada cuenta a la prensa los jefes de Estado en el Salón Tesorería.
Y si, como parece, Obama da el visto bueno a la nueva estrategia que adopta el Gobierno peñista para encarar al crimen organizado –con “ventanilla única” de por medio–, también desliza, como no queriendo la cosa, que de la misma forma se entendió con el michoacano Calderón, con todo y la forma en que por esos años se movieron las cosas en materia de seguridad.
“Tuvimos una excelente relación con el Presidente Calderón. Los lazos entre nuestros dos países van más allá de los partidos. Si un Presidente republicano me sigue a mí, seguirán siendo muy fuertes los lazos entre México y Estados Unidos, no solamente por la geografía, sino por la amistad y nuestras interacciones”, apura el segundo Presidente demócrata en pisar Palacio Nacional.
López Mateos y Kennedy entre Obama y Peña Nieto. Cincuenta y un años después, México y la Casa Blanca perfilan una nueva relación en la que no pese tanto la cuestión de la seguridad. A ver cuánto aguanta ese propósito.

Destaca laborde Peña Nieto

El presidente Barack Obama calificó a su homólogo Enrique Peña Nieto como un hombre audaz, que ha lidiado con temas difíciles e impulsado reformas, en lugar de ver por su popularidad.
“Lo que realmente agradezco es la disposición del Presidente de lidiar con estos temas tan difíciles, porque a veces la tentación después de ser elegido, es seguir preocupándose más por la popularidad, que por preocuparnos de aprovechar el tiempo que tenemos para lograr los cambios necesarios”, apuntó el Mandatario estadounidense.
Mientras Obama lo halagaba, en el atril de su costado izquierdo el Jefe del Ejecutivo mexicano sonreía y asentaba con la cabeza.
Recordó su encuentro con Peña Nieto en la Casa Blanca, en noviembre pasado, aún como Presidente electo, y desde ese momento, dijo, sabía que habría entre ambas naciones una relación “extremadamente estrecha”.
Sin embargo, aclaró, con el Presidente Felipe Calderón tuvo una excelente relación, pues, dijo, el intercambio de México y Estados Unidos va más allá de los partidos.
“Si un Presidente republicano me sigue a mí, seguirán siendo muy fuertes los lazos entre México y los Estados Unidos, no solamente por la geografía, sino por la amistad y por nuestras interacciones.
“Pero, lo que me ha impresionado de sobremanera, es la audacia del Presidente en su agenda de reformas. Está lidiando con temas muy grandes, muy importantes”, apuntó.
Esas reformas, consideró, lograrán que la economía mexicana sea más competitiva, que sus instituciones sean más efectivas.
“Sé que es difícil, pero también es necesario. A la postre, solamente los mexicanos decidirán cómo hacer sus reformas, pero como le dije al Presidente, al tratar de ser más competitivo México, tienen un socio firme en los Estados Unidos”, agregó.

Confía EU en ajuste migratorio

El presidente Barack Obama externó su optimismo ante su homologó mexicano Enrique Peña Nieto y confió en que la reforma migratoria prosperará en el Congreso estadounidense.
“Con respecto a la reforma migratoria le expresé el Presidente Peña Nieto que me siento optimista para lograr esta reforma, porque es lo correcto”, explicó Obama ante la prensa al lado de su anfitrión en el salón Tesorería de Palacio Nacional.
El Jefe de la Casa Blanca estimó que el proyecto que analizan los legisladores en el Capitolio es un excelente punto de partida, aunque a la postre no dejará satisfechos a todos.
“Es un excelente punto de partida. No contiene todo lo que quiero y sospecho que la legislación final no vaya a contener todo lo que quiero, ni va a contener todo lo que los líderes republicanos quieren tampoco”, puntualizó.
Aun con ese panorama, Barack Obama dijo que la eventual aprobación de la reforma puede aportar un marco básico que asegure la frontera, con la eficaz cooperación del Gobierno mexicano, que castigue a los empleadores que se burlan de la ley, que facilite y realce el sistema de migración legal y que posibilite la ciudadanía para aquellos que ahora viven en la sombra de los Estados Unidos.
“Podríamos tener diferencias con respecto a otros elementos en el futuro, pero el progreso en esta reforma es la base de lo que necesitamos y francamente hemos dedicado enormes recursos a la seguridad fronteriza”, planteó.
Al respecto, el Presidente Enrique Peña Nieto dijo que su Gobierno reconocía los esfuerzos que Obama ha promovido, en el Congreso estadounidense para impulsar la reforma migratoria.

‘Alcancé a tocarlo’

Más de dos horas y media esperaron los empleados de la Embajada de EU en México para recibir al presidente Barack Obama, quien acostumbra saludar a los funcionarios estadounidenses en los países que visita.
Los trabajadores comenzaron a llegar al Hotel Intercontinental de Polanco desde las 15:00 horas, acompañados de sus cónyuges e hijos, todos invitados a la recepción con el Mandatario.
“Vino el personal que podía venir, obviamente hay mucha gente trabajando en la Embajada”, dijo una empleada.
Los funcionarios estadounidenses fueron revisados en un segundo filtro para acceder al salón donde se reunirían con Obama. Se les pedía pasar con sus aparatos electrónicos encendidos.
Obama llegó al hotel pasadas las 17:40 horas, luego de haber sostenido el encuentro con el Presidente Peña Nieto y la posterior conferencia de prensa conjunta en Palacio Nacional.
Al llegar al hotel, el Mandatario estadounidense se trasladó de inmediato al salón donde era esperado, y en menos de cinco minutos saludó al personal de la sede diplomática.
“Nos dijo que todos somos embajadores de Estados Unidos en México, y que debemos trabajar por la buena relación entre nuestros países”, dijo una de las asistentes, quien iba acompañada por su esposo y dos hijas.
“Alcancé a tocarlo”, presumió otro de los asistentes a la reunión, a la que la prensa no tuvo acceso.
Algunos de los niños que presenciaron la reunión manifestaron su desánimo por haber estado esperando tanto tiempo, y ver a Obama tan poco.

Madruganpara escuchara Obama

Los 800 estudiantes que han sido convocados a escuchar el mensaje del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegarán al Museo Nacional de Antropología e Historia desde las 6:30 horas en autobuses rentados por sus propias universidades.

De acuerdo con fuentes de la Embajada estadounidense, se ha pedido a los universitarios que no lleven mochilas –solamente bolsas pequeñas– y se les prohibirá que ingresen agua, objetos punzocortantes y cualquier tipo de pancartas.
El Mandatario sostendrá una reunión con alrededor de 800 estudiantes de universidades públicas y privadas del Distrito Federal, Estado de México, Querétaro, Puebla e Hidalgo, en la que se prevé explique un programa de intercambio educativo con el fin de impulsar el desarrollo de ambas naciones.

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