Los trabajadores de los centros de acopio del municipio piden no ser reubicados, ya que según dijeron no les conviene tener sus negocios a las orillas de la ciudad, porque dificultaría la venta del material reciclable, reduciendo las ventas, cuestión que provocaría el cierre definitivo a estos centros que son el sustento de muchas familias.
Irapuato cuenta con 120 centros de acopio vigilados por el Gobierno, de los cuales sólo 50 operan con permisos y de los 2 centros que presentan mayor problema, 1 fue clausurado la semana pasada por la Dirección de Ordenamiento Ambiental.
Los pepenadores comentaron que este trabajo no solo los beneficia a ellos, sino también a muchas otras personas que se mantienen de recolectar basura ecológica, y que en ocasiones este también es el sustento de las personas que venden la basura.
“Si nos cierran qué vamos a hacer”, comentó Luis Eduardo Moreno Sánchez, quien es empleado en un centro de acopio ubicado en la calle Abasolo, y dijo que su mayor preocupación es la de comprar la medicina de su hijo, que tiene costo de mil pesos, dinero que recaba trabajando en la pepena.
Moreno Sánchez señaló que es injusto que el Gobierno quiera privarlos de un trabajo que es digno y que su trabajo es un apoyo al municipio ya que se mantiene más limpio. Además comentó que han recibido varios documentos donde les dicen que sus negocios son focos de infección para la sociedad.
“A veces dan plazos que son ilógicos, te dan 7 días para reubicarte y en 7 días cómo le vas a hacer, a veces te dicen que pongas bardas al terreno y piso, pero a veces no son ni de uno”, dijo.
La preocupación es generalizada incluso para algunos trabajadores de centros de recolección que aún no han recibido notificaciones de ningún tipo, ya que ante la manifestación y el cierre de un centro cercano al suyo, comienzan a preocuparse al pensar que podrían ser los próximos.
“Nos quedamos sin trabajo, no comemos, es el único trabajo que tenemos y ahorita está muy difícil”, comentó Noel Romero Partida, trabajador de un predio que solo recibe Pet.
Los pepenadores comentaron además que no ven sus negocios como focos de infección, y que existen otras actividades que representan más peligro para la sociedad que la recolección de basura ecológica, como ellos lo llaman y que esperan que se llegue pronto a un arreglo que disminuya la incertidumbre con la que viven.
