Aunque el contrato para la realización del mural de Los Mártires del 2 de enero fue asignado de forma directa, el Municipio evaluó al menos otras dos propuestas, pero aparentemente sólo para cubrir el trámite.

Ildefonso Lorea, autor de esculturas como el Miguel Hidalgo del parque del mismo nombre o “Las mulitas” del Malecón, fue junto con Carlos Terrés uno de los escultores que también proporcionaron proyectos del mural a solicitud de la Dirección de Obras Públicas.

“Pero lo raro aquí es que Terrés y yo presentamos sólo bocetos en papel, mientras que a la mera hora llegó Arturo Tavarez ya con la maqueta hecha. Yo pienso que la decisión ya estaba tomada y nomás querían cubrir el trámite”, señala.

Lorea, escultor con más de cuatro décadas de carrera, explicó que la maqueta de un proyecto escultórico es una inversión que el artista asume ya cuando tiene la seguridad del proyecto.

“Necesitas al menos dos meses para hacerla, requieres al menos dos asistentes y te sale como en 100 mil pesos”, afirmó.

El artista leonés considera que el costo final del mural está dentro de los parámetros.

“Es una obra muy grande, de más de 120 metros cuadrados y el presupuesto que manejamos fue en torno a los 15 millones de pesos. De eso, al menos 6 millones es para el puro bronce necesario, supongo que de ahí salió el dato de Sheffield”, explicó Ildefonso Lorea.

En lo que sí discrepó es en su manufactura artística.

“Está totalmente coja, todo le falta. No tiene nada que ver con el tema y no hay una lectura visual ni un estudio. El ángel parece que está protegiendo a los que están disparando, que para colmo aparecen como fusilando y así no fueron las cosas”, añadió el artista.

“Los rostros de la izquierda son de los hijos del escultor… Y es triste que nadie diga estas cosas en su momento, ni haya un comité o consejo de gente que sí sepa de arte para tomar este tipo de decisiones”, lamentó.

Se deslinda el escultor

El escultor Arturo Tavarez señaló no tener nada que aclarar respecto a los montos de la obra, “puesto que eso corresponde a la autoridad”.

Ayer, A.M. publicó que hay una diferencia entre los 14 millones de pesos que costó el mural según el contrato respectivo y los 6 millones que el entonces presidente municipal Ricardo Sheffield señaló al inaugurarla.

“Yo de lo que puedo hablar es de la parte artística. Soy de León, una persona que me he dedicado a trabajar y hay muchas informaciones sesgadas. No se han acercado conmigo para conocer cómo me he ido desarrollando, sino que se agrede y descalifica”, apuntó.

Tavarez desestimó los duros juicios que sobre una de sus obras más recientes, el Portal Maya en Playa del Carmen, emitió la funcionaria de Conaculta Rosa María Espínola, pues la considera juez y parte.

“Es lamentable que en lugar de hablar de una obra en Playa del Carmen que pone en alto el nombre de Guanajuato pongan una nota de una señora que es esposa de un escultor de allá y que habla en mala lid”, dijo Arturo Tavarez.

Espínola, en efecto, es esposa del escultor yucateco Reynaldo Bolio, autor de “Yaaxché”, una escultura develada el año pasado en las oficinas de la Secretaría de Cultura y Artes de Yucatán como parte del Año de la Cultura Maya.

Y no hay para el arriero

Mientras el mural de Los Mártires despierta suspicacias por su costo millonario, otra obra escultórica más modesta luce mutilada e incompleta después de un intento de robo en diciembre del año pasado.

El conjunto escultórico de un arriero con mulas que Ildefonso Lorea realizó en el Malecón del Río como tributo a los pioneros curtidores ha sido objeto de varios ataques, en el último de los cuales desconocidos arrancaron la figura del arriero, dejando en el suelo sus pies.

Antes de eso, los “cueros” que cargaban las mulas habían sido desprendidos, quizá para vender el material en alguna chatarrería. El monumento es ahora un espectro respecto a como era originalmente.

Aunque Lorea ya ha hecho propuestas de reparación, lamentó que ni las autoridades municipales ni los empresarios curtidores hayan dado respuesta a las mismas.

“No han aportado para hacer el arreglo. Estamos atrasados en eso. No hay resguardo, luces ni placas. Estuve con los curtidores y resulta que los señores no quieren aportar ni un centavo. No hay interés y eso que es algo sobre ellos”, señala.

Para hacer el arreglo del arriero Lorea calcula unos 70 mil pesos, pues se trata de volver a fijar la figura a su base, mientras que para reponer las partes faltantes de las mulas se requieren quizá unos 200 mil pesos más.

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