Cuando terminaba de festejar sus 19 años en la madrugada de noviembre de 2016, un joven originario de Huizotlaco, Atlapexco fue asesinado por un policía municipal de un tiro en la cabeza.
Después de perseguir a tres jóvenes entre la maleza del bosque, y luego del sonido de la detonación de una escuadra calibre 9 milímetros, el policía municipal anunció a sus compañeros “ya lo maté”.
El joven murió en el hospital regional de la Huasteca, la madrugada del primero de noviembre de 2016.
Los policías argumentaron que una llamada de un vecino alertó sobre que unos jóvenes escandalizaban en el quiosco de Huizotlaco. Al recorrer la comunidad los encontraron cuando, aseguraron, colocaban piedras en el camino y después corrían.
Por lo que los persiguieron por el bosque hasta que se escuchó la detonación de arma de fuego.
Sin embargo, los jóvenes declararon que ellos no colocaron las piedras y cuando corrieron hacia la calle que va para el panteón escucharon detonaciones. Los policías les gritaron: “pendejos”.
El policía municipal fue recluido en el penal de Jaltocán bajo la causa penal 19/2016 por homicidio calificado.
Comisión emite recomendación
Tras señalar que la intervención de los policías municipales fue debido a una falta administrativa, la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo (CDHEH) recalcó que era innecesario que el ex uniformado utilizara su arma.
Ya que el joven que corría no representaba riesgo alguno y no estaba armado.
Los policías no deberán “emplear armas de fuego contra las personas salvo en defensa propia o de otras, en caso de peligro inminente de muerte o lesiones graves”.
Por tanto, la CDHEH pidió a la alcaldesa de Atlapexco María Teresa Flores Nochebuena la reparación integral del daño para los familiares de la víctima.
