La mala atención médica y el maltrato del ex director del Hospital General de Tulancingo provocaron que una mujer de 89 años de edad primero perdiera el movimiento de su pierna y brazo derechos y once meses después muriera por no practicarle un drenaje biliar.

Pudo recibir atención en un hospital especializado de la Ciudad de México, pero no fue posible debido a que el ex director y el servicio social tardaron en dar la autorización para su traslado, por lo que falleció a las 2:00 horas del 22 de abril de 2014.

Así lo narra la recomendación de la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo (CDHEH) publicada este día, que señala que el director causó baja del centro médico el 16 de febrero de 2015.

El expediente dirigido al secretario de Salud Marco Antonio Escamilla Acosta pide reparar el daño a los familiares e iniciar procedimientos legales contra los servidores públicos responsables.

La amarraron 
Después de ingresar el 18 de abril 2013, la mujer dijo a su hijo que ya se sentía bien. No obstante personal médico no la dio de alta y la retuvo durante once días más contra su voluntad. Al regresar de comprar medicinas, vio a su madre amarrada.

Al llevarla al baño, se dio cuenta que su madre no tenía movilidad en su pierna y mano derecha. 

El 30 de marzo de 2014 la mujer ingresó por segunda ocasión al servicio de urgencias del Hospital General de Tulancingo debido a un dolor abdominal intenso e insuficiencia respiratoria. Hasta doce horas después fue valorada por personal de cirugía general.

Cinco días después de recibir su alta médica, ingresó nuevamente al hospital por tercera vez. En esa ocasión en peores condiciones, que culminó con el fallecimiento de la mujer a seis días de su hospitalización.

“Yo no estoy a las órdenes de un pendejo”

Previo a su deceso, la mujer debía ser intervenida quirúrgicamente, por lo que era necesario pagar cuatro mil pesos para trasladarla al Hospital General de Pachuca. 

Regresó a Tulancingo, donde le dijeron que necesitaba ser operada y retirar el líquido que tenía en su estómago.

Sin embargo era necesario un estudio denominado Cepre que solo puede practicarse en la Ciudad de México, pero pasaron días en espera de que el director del hospital diera la autorización.

Ante la insistencia, el subdirector del hospital contestó:

“yo no estoy a las órdenes de un pendejo, ni de ningún hijo de la chingada”

En tanto, el Hospital de Nutrición “Salvador Subirán” respondió que sí podía operar a la mujer, siempre y cuando el hijo presentara una hoja de referencia, por lo que buscó nuevamente al entonces director del hospital general de Tulancingo.

Pero el ex funcionario tardó en expedir el documento y en trabajo social demoraron en sellarlo, por lo que la mujer murió sin recibir atención médica especializada.

Omisión de drenaje biliar
La Comisión de Arbitraje Médico de Hidalgo señaló que existió un diagnóstico tardío y la omisión del tratamiento de drenaje biliar del Hospital General de la Secretaría de Salud en Tulancingo.

También encontró una falla institucional, sin apego a los procesos asistenciales y cautiverio incorrecto del expediente.

Determinó que no prestaron una debida, adecuada y suficiente atención médica desde el personal de trabajo social, al pasar por la especialidad de cirugía y de medicina interna, hasta llegar al personal directivo.

Recalcó que quienes tuvieron mayor responsabilidad en esta inadecuada prestación del servicio en materia de salud fue el personal de cirugía y directivo.

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