Hace unos pocos días, el 2 de octubre, se cumplieron 50 años de la masacre ocurrida en Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas, en el entonces Distrito Federal. Mucho se ha hablado y escrito al respecto. Incluso ahora, 50 años después, el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, anunció que se retirarán todas las placas alusivas a autoridades locales y federales que gobernaban en 1968; por lo menos lo harán en el sistema de transporte Metro.
Desafortunadamente en el cine nacional la producción al respecto no es tan amplia. Hay memorables y muy valiosas películas que abordaron el tema, realizadas todavía en años difíciles. Tal es el caso de Rojo Amanecer, película dirigida por el histórico Jorge Fons, estrenada en 1989. El filme nos muestra un cruel detalle de aquel fatídico día. Sin duda alguna es una película necesaria para entender un poco de lo que se vivió en Tlatelolco aquel 2 de octubre.
El movimiento de 68 en México no apareció solo, en ese año se vivieron revoluciones ideológicas soportadas principalmente por jóvenes que buscaban cambios en sus entornos políticos, sociales y culturales. Francia, Estados Unidos, Japón, Polonia y muchos países más vivieron un histórico 1968 gracias a movimientos populares masivos.
El cine se ocupó del tema años después, pero incluso capturó en tiempo real aspectos de aquel funesto 2 de octubre mexicano. Esto gracias a los estudiantes del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Quienes confiaron la dirección a Leobardo López Arretche, acompañado de estupendos cineastas, para documentar fílmicamente lo que ahora es historia viva. El Grito (1968) es el título de este documental, que justo ahora tiene un importante paseo por muestras y festivales de cine en México y varias partes del mundo.
En un momento tan importante para el mundo entero, con un movimiento cultural tan impactante, sobre todo en la música, la literatura y las artes. ¿Qué se veía en los cines de hace 50 años? ¿El cine era parte también de una contracultura? ¿Las películas que se producían tocaban fibras en aquellos movimientos?
No lo sé, cuando reviso lo que se ofertaba en las carteleras mexicanas, me doy cuenta que hasta ese momento el cine no contribuía al movimiento social que daba la vuelta al mundo.
El 68 dejó grandes obras cinematográficas, basta citar algunas: 2001, Odisea al Espacio, de Stanley Kubrick; Besos Robados, del francés François Truffaut; Memorias del subdesarrollo, obra maestra del cubano Tomás Gutiérrez Alea.
Aquí en México se estrenaban ese año, por citar algunos títulos: 5 de fresa y 1 de chocolate, dirigida por Carlos Velo y protagonizada por Angélica María; tuvimos la aparición de los hermanos Mario y Fernando Almada con Todo por Nada; quizá lo más notable del cine mexicano de aquel momento fue la joya que nos dejó Alejandro Jodorowsky con Fando y Lis; una película violenta, escandalosa y polémica. Esa sí, muy congruente al momento de aquel histórico año de 1968.
