Con información de Dulce Muñoz, Edith Reyes, Fernando Martínez, Francisco Mancera, Javier Vargas, Jesús Patiño, Luz María Villegas, María José Soto, Martín Saldaña, Natalia Cervera y José T. Méndez
Guanajuato.- En México aún se lucha por lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, con todo y que están por cumplirse 50 años de que el Estado Mexicano firmó la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés).
En distintas partes de Guanajuato, las mujeres luchan desde diferentes trincheras para lograr el acceso a todos sus derechos humanos, de entrada, a la vida, a la salud física, mental y reproductiva, a la educación, a la seguridad, al trabajo, al arte y la cultura, y por supuesto, a la espiritualidad y a la plenitud, al desarrollo personal pero también del resto de las mujeres. Porque el éxito de una es el éxito de todas, y “si tocan a una, respondemos todas”.
Diana Sofía, futura abogada
En el grupo de mujeres en condiciones vulnerables, destacan quienes están privadas de la libertad en Ceresos de Guanajuato, por lo que Diana Sofía Martínez Ruiz de 21 años, activista feminista y estudiante de Derecho en la Universidad de Guanajuato (UG), eligió brindarles apoyo y acompañamiento.

En agosto de 2024, la joven comenzó a impartir una plática de relaciones sanas y violencia en el noviazgo, así como de empoderamiento, sensibilización y manejo de emociones en el Cereso de Puentecillas en Guanajuato capital y en el Cereso Mil de Valle de Santiago.
Su más reciente actividad relacionada con mujeres privadas de su libertad fue una campaña de donación de libros en ambos ceresos y así brindar acompañamiento a través de la lectura y el conocimiento.
En escuelas públicas, Diana Sofía ha impartido la plática “Deconstruyendo el amor”, que aborda el tema de la importancia de las relaciones sanas, así como talleres de elaboración de toallas menstruales ecológicas.

Diana Sofía comentó que usará su formación profesional para colaborar con asociaciones civiles que acompañan a niñas y mujeres en situaciones de violencia.
Ya sea por cuestiones de abandono, maltrato o que se encuentren en condiciones lejanas para acceder a una educación de calidad y trabajar en la prevención del abuso sexual en las niñas. Me gusta hacer proyectos más enfocados a las relaciones sanas y al acompañamiento de las mujeres”, resaltó.
María de la Luz, herrera
María de la Luz Gómez Torres, Lucy, rompe estereotipos: cualquier trabajo de herrería y soldadura lo hace con un gran profesionalismo.

Su papá le enseñó el oficio, pero desde hace 9 años Lucy encabeza el negocio familiar, llamado “Herrería y chambitas de lujo”. Como madre de familia, busca transmitirles sus conocimientos a sus descendientes.
Desde el principio mi mayor motivación es estar presente en la vida de mi hija e hijos, ya sea en casa y solventar las necesidades afectivas y económicas” por medio de su oficio.
Lucy reconoce que este trabajo implica mayor esfuerzo físico, pero que para ella el miedo es un impulso, no un freno al desarrollo.
Su primer trabajo de herrería fue por encargo de una amiga, quien le dio total confianza de hacerle algo para su casa. “Me contrató para hacer el portón y puerta de su bonita casa, de ahí en adelante se me abrieron muchas puertas”.

Su ejemplo influyó en su hija, Jazmín, quien también tiene conocimientos en herrería y le ayuda, además de que estudia para piloto aviador. De ella, de sus hijos Fabricio, Josué, Abraham, Uriel y su esposo Jesús, comentó que son un gran apoyo y una pieza muy importante en su empresa, así como “un respaldo incondicional”.
Con el oficio “he desarrollado mis aptitudes, habilidades y conocimientos, me demuestro a mí misma mi capacidad, no tengo límites en lo que puedo lograr y me formo yo misma día a día”.
Nayelli, científica e investigadora
Las niñas, adolescentes y las mujeres deberían tener presente que para poder realizar sus metas y sueños de vida, deben confiar en sí mismas y asumir los retos que se presentan en la vida, afirmó la doctora Nayelli Marsch Martínez.

Nayelli es ingeniera en Biotecnología e investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, Unidad Irapuato (Cinvestav) por lo que tiene muy claro que el papel de la mujer en la ciencia.
Es importante que las mujeres tengan la libertad de elegir su camino y que se les brinde el apoyo necesario para desarrollarse profesionalmente”, señaló.
Su interés por la bioquímica comenzó desde una edad temprana. Al hablar sobre su experiencia en el campo de la investigación científica, destacó la importancia de la perseverancia y la pasión por el trabajo.
“Cuando haces algo que te gusta, se van abriendo caminos, no te desanimes si te dicen que no, sigue adelante y encuentra oportunidades para crecer”.
Nayelli Marsch ha publicado más de 50 trabajos entre artículos de investigación, revisiones y capítulos de libros internacionales, donde recientemente, editó un libro de ciencia para niñas y niños.
La investigadora alentó a las jóvenes que están considerando una carrera en la ciencia.

“Confía en ti misma y no te desanimes por los obstáculos (porque) la ciencia es un campo emocionante y desafiante, pero con dedicación y pasión, puedes lograr grandes cosas”, es decir, realizar contribuciones en empresas o en investigaciones, así como ir a otros países y conocer gente y culturas diferentes.
“En mi caso, hice parte de mi doctorado en Holanda, y ahí lo bonito es que conocí a mi esposo, hemos podido viajar a Japón, a Italia, Francia, Estados Unidos, Uruguay, por mi trabajo, por eso para mí es muy bonita la investigación científica”.
Reconoció la necesidad de promover la igualdad de género en la ciencia y la necesidad de apoyar a las mujeres en sus carreras, aunque cada vez se abren más espacios para que estas puedan desarrollarse en el mundo profesional y también como madres, pues una cosa no puede estar peleada con la otra.
“Los hombres no tienen tanto esa presión, pero yo que soy mamá, a veces te dicen que se es buena profesionistas o buena mamá, pero necesitamos darle ese apoyo a las mamás para que cuiden a sus hijos y ellas puedan desarrollarse profesionalmente porque creo que sí podemos hacer las dos cosas”.
Dora Icela, cocinera tradicional
Dora Icela Castro Andrade ha pasado gran parte de su vida rescatando platillos tradicionales que le ha valido reconocimientos y la satisfacción personal de así proveer a su familia.
Ser mujer significa mucho orgullo por mi identidad y porque he sacado adelante a mi familia, Dios me socorrió con cuatro bellos hijos y precisamente gracias a la comida que elaboro. El poder representar a las mujeres me llena de orgullo”.
Dora Icela nació en Acámbaro pero desde niña se mudó con su familia a Celaya y durante más de 40 años ha rescatado las tradiciones gastronómicas de la región.

“Desde muy corta edad anduve detrás de los fogones, ya sea limpiando el comal de barro o llenándolo de nejayo para poder elaborar las tortillas que mi familia hacía, toda la vida me la he dedicado a la cocina”, relató en entrevista.
La figura de su abuela se volvió fundamental en su vida ya que de ella aprendió a cocinar a la leña.
“Cuando tenía tres años quería agarrar el tejolote para molcajetear y no podía pero golpeaba piedra contra piedra para triturar la sal y el ajo que es lo esencial para una buena salsa que elaboraba con mis tías y ese olor al xoconostle asado, a los tomates y a los chiles es impresionante y ver las tortillas infladas y sacarlas del comal eso para mí era un manjar y lo sigue siendo”, detalló.

Sus amplios conocimientos culinarios la llevaron a participar en diversos eventos nacionales como el sexto Encuentro Regional de Comida Tradicional, realizado en Guadalajara, donde representó a Guanajuato y obtuvo el primer lugar.
Participé con (el platillo del) Gallo Tapón que es una receta otomí ancestral que, aparte de ser económica, está basada en el xoconostle. Me fue de maravilla porque obtuve el primer lugar en un concurso con -gente de- otros nueve estados”.
La cocinera guanajuatense se ha vuelto una referencia de las escuelas gastronómicas de Celaya y la región, donde comparte sus conocimientos con jóvenes universitarios.
“Me llena de ilusión cocinar porque me remonta a mi infancia como el caldo capón, desde el momento en que lo estoy elaborando y ver las caras de asombro en los festivales porque recuerdan a su abuela, para mí no hay mejor pago que ver la satisfacción y que la gente quede con un agradable sabor de boca”.
Alejandra, activista y educadora
Ciclo Rojo es un colectivo fundado por las jóvenes uriangatenses Alejandra Lara y Paola Sosa Pizano, que tiene como objetivo normalizar hablar sobre el ciclo menstrual entre las adolescentes y mujeres en una sociedad en la que este proceso biológico sigue siendo un tabú.

En 2022 surgió este proyecto sobre menstruación digna, mientras Alejandra estudiaba Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad de Guanajuato campus León.
Han acudido a comunidades de Moroleón, Uriangato y Yuriria a ofrecer pláticas y talleres sobre el ciclo natural en las mujeres, también sobre elaboración de toallas ecológicas.
Detectamos las necesidades en diferentes partes de Guanajuato, empezamos en el sur y ahora estamos enfocando nuestras acciones en la capital y en León, la coordinación y el apoyo de las autoridades municipales y estatales ha sido parte fundamental para este proyecto”, comentó Alejandra.
El año pasado el colectivo arrancó con los “Puntos Rojos” en escuelas secundarias de los tres municipios del sur, así como en dependencias municipales, los cuales son dispensarios con productos para que las mujeres puedan llevar una menstruación digna y gratuita, mismos que han sido un éxito.

“A mí me ha sido de mucha ayuda el proyecto de los puntos donde hay toallas, tampones o copas menstruales porque nos puede agarrar de repente el periodo y es incómodo, la gente todavía lo ve mal, hasta se burlan los compañeros; lo mejor es que ya tenemos un lugar donde poder tener estos productos”, comentó Megan, estudiante de secundaria en Moroleón.
Desde que iniciaron el proyecto, el principal reto ha sido normalizar hablar de la menstruación.
Actualmente el colectivo busca llevar las pláticas y los Puntos Rojos a los Ceresos femeniles del estado, pues una menstruación digna y gratuita es para todas, sin importar su situación.
Elisa, psicóloga
Por ser las mujeres las que más se acercan a buscar terapia, a diferencia de los hombres, es que la psicóloga Elisa Vega Pérez decidió crear en León una red de apoyo que las ayude a salir adelante.

La psicóloga especialista en terapia humanista considera que todavía existe la falta de espacios para que las mujeres sean escuchadas y por lo tanto se requieren consultas que vayan dirigidas de manera personalizada.
Notaba que las mujeres son las que más se acercan a atender ciertas problemáticas, entonces me empecé a enfocar más hacia este género para poder ayudar a resolver infinidad de conflictos”, relató en entrevista con AM.
Elisa ha detectado que la mayoría de las pacientes acuden por baja autoestima, problemas de pareja y por ansiedad.
Dentro de su preparación se encuentra acudir a pláticas en la ‘Casa de Apoyo a la Mujer’, institución que en más de 20 años ha sido referente en la atención y el acompañamiento tanto jurídico, como psicológico para mujeres víctimas de la violencia.
“Decirles a las pacientes que se pueden llegar a canalizar a estos centros, en los que también pueden tener muchísima ayuda profesional, a lo mejor no es directamente con una, pero las vamos apoyando y vamos haciendo una terapia en conjunto”, explicó.
La especialista reconoce la importancia de que también los hombres acudan a terapia, mientras impulsa al género femenino a romper con las barreras que existen socialmente.
“Ya no estamos en los tiempos cuando la mujer tenía que ser sumisa y abnegada, ahora es el tiempo de que la mujer sea escuchada y en el que la sociedad tiene que reconocer que se cuenta con las mismas oportunidades que puede llegar a tener un hombre”.
Carolina, actriz y productora audiovisual
Las mujeres han logrado abrirse camino con historias en el cine, televisión y otros medios, no solo en actuación, también en la dirección o la producción audiovisual, consideró Carolina Segura Gallardo, artista leonesa.

Creo que, a nivel discursivo, se están transgrediendo temas que antes no se tocaban. Por ejemplo, con “Huesera” de Michel Garza, se deja de romantizar la maternidad y se exponen verdades que antes, creo yo, no se hubieran tocado. Esto, por mencionar un proyecto que considero transgresor”.
Carolina contó que cada vez más mujeres se involucran en cuestiones cinematográficas.
“Según el Anuario Estadístico de Cine Mexicano de IMCINE de 2023, el 25% de los largometrajes producidos en México, fueron dirigidos por mujeres; se registraron 4 mil 344 mujeres involucradas en la producción cinematográfica. Esto, por mencionar algunas cifras. Estoy segura que seguimos creciendo en participación”, comentó.

Egresada de la licenciatura en Mercadotecnia, la artista inició su formación actoral en 2003 y, desde entonces, ha participado en diferentes producciones en México, Colombia, Ecuador y Estados Unidos, recientemente protagonizó el largometraje “Vertical”, que fue una coproducción de Argentina, Estados Unidos, México, España e Irán.
También ha sido acreedora a diferentes reconocimientos a la categoría de “Mejor Actriz” en el “Festival de Cine de Chihuahua” (2023), “Festival de Cine Independiente del Sur de Tamaulipas” (2021) y “Bajío International Film Festival” (2021 y 2023). Además de ser jurado de diferentes festivales internacionales.
Carolina exhortó a todas las mujeres quienes estén interesadas en involucrarse en la industria del entretenimiento a colaborar y aprender a trabajar en equipo en todo momento, además de seguir generando ideas que tengan una reflexión para el público.

“Aliarse y generar proyectos de manera colectiva. Involucrarse con el mayor número de áreas de la producción audiovisual, es decir: aprender a hacer lo más que se pueda. Para ser competitivo te debes dedicar a más de un área, tener hambre por aprender” indicó.
Actualmente Carolina se encuentra terminando el proceso de postproducción del cortometraje “Emilia”, del director Franco Acosta, además de producir el cortometraje “Martillos” de Alberto Aguilar, mientras que también se encuentra participando en el proyecto “GuanajuaTour: Cine de Guanajuato para el mundo”.
Beatriz, policía
Honor, lealtad, sacrificio y honestidad son los valores de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en Guanajuato Capital, que para Beatriz González Fajardo representan su filosofía de vida.

Son 24 años de servicio, algo se dice fácil, pero que son el resultado de su tenacidad para abrirse paso en un mundo dominado por hombres.
Cuando Bety entró a la corporación había solo 12 mujeres, le tocó “picar piedra” junto con sus compañeras y ganarse el respeto de sus colegas con su carácter fuerte, compromiso y responsabilidad y sus incansables ganas de salir adelante.
La gente piensa que estamos en un trabajo que es exclusivo de hombres y a veces minimizan la facultad de la mujer. Pero como mujeres estamos capacitadas para eso y más porque son retos que tienes que salir adelante. Sí ha sido difícil, pero la gente que te conoce se da cuenta de que tú puedes, sabes y que siempre vas a estar ahí para cuando ellos lo necesiten”.
Relató que cuando entró a la Policía lo hizo motivada para conseguirle atención médica a uno de sus hijos. Después encontró un lugar que le daría un nuevo sentido a su vida.
“Al principio honestamente entré por necesidad, tenía un hijo que era epiléptico y tenía la necesidad de tener un seguro médico para brindarle la atención. Pero después este trabajo me ayudó a darme cuenta de que como mujer valía mucho, que merecía respeto porque fui una mujer violentada”, dijo la oficial.
Betty fue el pilar para sus tres hijos y aunque le fue difícil dejarlos para ir a trabajar y llevarles el sustento, siempre la vieron como ejemplo, hoy uno de ellos es licenciado en seguridad pública.
En sus 24 años de trayectoria se ha enfrentado con valentía a situaciones de riesgo pues la oficial es además policía de investigación. Sin embargo, nunca la ha paralizado el miedo, siempre le ha ganado su amor por servir al prójimo.
María de los Ángeles Hernández, policía
“Para una mujer es un doble esfuerzo ser policía, es un doble trabajo, pero creo que hemos demostrado que si estamos aquí es por algo”, afirmó la policía municipal María de los Ángeles Hernández González, quien trabaja a diario por sacar a las mujeres que se encuentran en el entorno de la violencia familiar, en San Francisco del Rincón.

La agente entró a la Policía Municipal hace cinco años y actualmente es responsable de la Unidad Especializada de Violencia de Género.
Afirmó que ha recorrido un camino de esfuerzos y sacrificios para lograr obtener un lugar de mando en la corporación y hoy lucha por erradicar la violencia contra de las mujeres.
Cuando entré, empecé desde abajo, me fui preparando, especializando, mis jefes me brindaron la oportunidad de demostrar que una mujer también puede ser mando, puede ser un buen líder y hasta el momento, continuamos dando lo mejor”, comentó en entrevista con AM.
“Yo cuando entré a la corporación y se conformó la Unidad Especializada en el 2021, yo decía, ojalá algún día forme parte de ahí, no nada más apoyando a toda la comunidad, sino especialmente a mujeres que ocupan un poquito más de nosotros, un poquito más de empatía, un poco más de apoyo en una situación en donde se encuentran a veces devastadas”, situación que finalmente alcanzó.
“Cuando me dan la oportunidad de pertenecer a la Unidad de Género para mi fue algo muy gratificante, sentí un gran orgullo y dije ‘a poner todo lo máximo y un poquito más para sacar el trabajo’”, indicó.

Detalló la importancia del trabajo de una mujer policía, el cual cobra mayor relevancia en algunas situaciones.
“Dentro de la unidad habemos hombres y mujeres y la contención la hacemos ambos, hay veces que en casos, como por ejemplo de violación, se recomienda que el contacto más directo sea la mujer, por la empatía y porque a lo mejor la víctima no quiere ver al hombre”, dijo.
Mencionó sentirse doblemente satisfecha cuando luego de la intervención que realiza como parte de sus funciones, logra ayudar con éxito a alguien que pidió ayuda y obtuvo una solución a su problema.
Paola, maestra
A sus 45 años, con casi 19 años de servicio como licenciada en educación preescolar en Salvatierra, Paola Almanza no solo ha dejado huella en sus alumnos, también ha construido un legado de esfuerzo, perseverancia en su familia.

Su historia comienza como la de muchas mujeres, con limitaciones económicas y de oportunidades. Tenía la intención de estudiar Derecho, sin embargo, al salir de la preparatoria, tuvo que trabajar en el negocio familiar, “Largas Lupita”, y en un banco.
Ahí, un día vio pasar a una conocida que estudiaba para maestra y tuvo una revelación: “Yo tengo la vocación de enseñar y no quiero trabajar aquí para siempre”.
Esa certeza la llevó a inscribirse en la licenciatura en educación preescolar, para costear sus estudios, solicitó una beca de Educafin y trabajó cubriendo interinatos.
Paola encontró en la enseñanza no solo una carrera, sino una pasión. Su creatividad, compromiso y amor por los niños la han convertido en una educadora ejemplar, al siempre buscar innovar, hacer que la escuela fuera un espacio donde los pequeños quisieran estar.
Además de su labor en las aulas, Paola está comprometida como madre de dos hijos, de 4 y 13 años. Para ella, la educación no termina en la escuela: “Es mi responsabilidad formar buenos seres humanos para la sociedad”.
Paola, como muchas mujeres, ha construido su futuro con sus propias manos, con sacrificio, disciplina y el apoyo incondicional de su madre. Hoy, orgullosa de sus raíces, sigue preparándose para dejar una huella aún más profunda en cada niño que pasa por su aula.
Sor María Rosa, religiosa
En el Monasterio de Santa María de los Ángeles, en León, un grupo de religiosas de la orden de Santa María Clarisa, Capuchinas, no solo se dedica al rezar, a orar y reflexionar, como seres terrenales se dedican a la elaboración de productos elaborados con calidad y cariño para poder subsistir.
Sor María Rosa Guadalupe, quien ha sido la Superior en el Convento, entró al convento con apenas 15 años de edad, y lleva más de 50 años de vida consagrada.
Nuestra principal misión es espiritual; somos religiosas de vida orante, de contemplación y de oración y en los social, atender a todas las personas que necesitan de ayuda espiritual. Estamos unidas a la Santa Iglesia en todos los actos, la más especial es la Liturgia de las Horas, está marcada por ocho actos comunes durante el día”, destaca Sor María Rosa.
Las Hermanas Clarisas Capuchinas son mujeres extraordinarias que tienen bien puestos los pies en la tierra y el corazón y el alma en el cielo.
Pero encuentran tiempo para buscar cómo solventar los gastos del convento, pues hasta impuestos de predial tienen que pagar.
La religiosa reconoce que como a todo mundo, la pandemia del Covid les pegó fuerte, dado que no podían salir a vender su productos, pero con gran fe y esperanza han salido adelante.
Son un grupo de siete emprendedoras y trabajadoras religiosas que elaboran tamales de todos colores y sabores; champurrado, atoles, cajeta, galletas, rompope, bolis, miel de abeja, bisutería, velas, cirios, además de costura litúrgica, como albas, ornamentos, purificadores, manteles para altar, etc.
“Como todo pobre nos ganamos el sustento por medio de la elaboración de productos y otras cosas con nuestras manos; como dicen los sacerdotes: si lo que tienes no te alcanza acude a la limosna. Por ello acudimos a la Divina providencia y de la buena voluntad de las personas en estos tiempos tan difíciles para ganarnos lo necesario”.
Sor María Rosa reconoce que han disminuido el número de novicias y de vocaciones.
“Somos una congregación de religiosas mayores. Los gastos de mantenimiento en un convento son muy altos, por ello acudimos a la ayuda de las personas de buena voluntad”.
Contó que las invitaciones a retiros espirituales han tenido buena respuesta, pues algunas jóvenes han iniciado un acompañamiento desde su casa”.
Finalmente pide a los fieles católicos a parte de ayuda económica, orar por nuevas votaciones de religiosas.
DAR
