Ante la indolencia de las autoridades, los habitantes de la comunidad San Isidro de la Estacada llevan cuatro años bebiendo agua con niveles de arsénico por encima de las normas.
Aunque el pozo fue clausurado en 2010, el líquido sigue extrayéndose con el conocimiento, y la inacción, del Consejo Técnico de Aguas (Cotas) del Río Laja, el Sistema Municipal de Agua (Simapas) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El arsénico es un metal altamente tóxico que en los pozos del país sólo se permite en concentración de 0.05 miligramos por litro, según la Norma Oficial Mexicana (NOM) 127-SSA1-1994, nivel que excede el pozo de San Isidro, según datos del Simapas.
Felipe de Jesús Rayas García, titular del Simapas, señaló que la planta potabilizadora no es bienvenida por los habitantes, quienes según el Sistema toman agua de pozos vecinos, aunque la realidad es que el pozo sigue funcionando.
Se comprobó que la bomba del pozo trabaja y los habitantes siguen consumiéndola pese a los riesgos de desarrollar, a la larga, enfermedades como cáncer.
Según datos de la Semarnat, en 2006 se construyó una planta potabilizadora que limpiaría 0.6 litros de agua por segundo, sin embargo, duró poco, pues los habitantes dejaron de usarla.
San Isidro de la Estacada está en una de las partes altas (a 1990 metros de altitud) del noreste de Dolores Hidalgo, cerca de los límites con San Luis de la Paz y está rodeada de granjas.
