Miles de dolorenses veneraron a la matrona de la ciudad, con una procesión y la colocación de decenas de altares en toda la ciudad, los habitantes conservan una tradición centenaria.
Con actividades culturales y religiosas, durante todo el día los habitantes dolorenses celebraron su devoción a la Virgen y convivieron en el arranque de la primavera.
Misas, bailes prehispánicos, música y quema de pirotecnia se pudo observar desde temprano en la parroquia de Los Dolores, donde a las 6 de la tarde salió en procesión la imagen de la virgen.
Más de mil personas recorrieron la calle Zacatecas hasta la Tlaxcala, para por ahí bajar a la Michoacán, donde visitaron siete altares vivientes en los que se dieron sermones sobre los “Dolores de María”.
La procesión siguió por la calle Guerrero hasta la Alameda, donde se encaminó por la Guanajuato para llegar nuevamente a la parroquia, donde se ofició una misa y se quemó más pirotecnia.
ADORACIÓN DE MÁS
DE 100 AÑOS
Desde hace 50 años Manuel Ángel González no falla, cada Viernes de Dolores le pone un altar a la Dolorosa, como se lo inculcó su padre, quien desde principios del siglo pasado inició la tradición en el barrio de San Juan.
“Mi padre, Juan González Rangel, que en paz descanse, comenzó la tradición, y como los vecinos eran muy unidos todo el barrio empezó a poner altares, una costumbre que perdura”, comenta orgulloso.
Con dos días de antelación, don Manuel y su familia preparan todo para que la ofrenda luzca espectacular ante los ojos de las personas que se espera los visiten.
SE PIERDE
Según don Manuel, al menos 30 familias se habían dedicado a instalar altares el Viernes de Dolores; sin embargo, ayer menos de una decena de casas abrieron sus puertas en la calle Chiapas, en el barrio de San Juan.
Don Manuel atribuye la poca cantidad de altares a que tanto los habitantes como las autoridades municipales perdieron el interés, pues antes se organizaban concursos para estimular a los vecinos.
