Con el cielo nublado y la amenaza latente de lluvia, ayer por la tarde autoridades se reunieron para compartir los alimentos en la tradicional comida de las Fiestas de San Juan y Presa de la Olla.
Enchiladas mineras fue el platillo fuerte que degustaron los convivientes que entre puestos de antojitos, juegos mecánicos y mucha seguridad hicieron presencia en este festejo de más de 200 años de tradición.
La cita era a las 2:00 de la tarde y para las 2:30 ya comenzaban a circular los platillos sobre las extensas mesas de manteles blancos, alrededor de las que se sentaron funcionarios federales, estatales y municipales.
A los 22 mil asistentes que se congregaron ayer en la fiesta se sumaron el alcalde Luis Fernando Gutiérrez Márquez, su esposa Bertha Reyes Retana, que junto con el secretario del Gobierno, Salvador García López, hicieron un recorrido desde el Palacio de Gobierno del Estado hasta la Presa de San Renovato.
También estuvieron los diputados priístas Erika Arroyo, Luis Felipe Luna, Gerardo Zavala, Adrián Camacho Trejo Luna, la delegada de Sedesol, Claudia Navarrete; la diputada federal Esther Navarrete, regidores y directores municipales, así como el diplomado de Estado Mayor, Luis Fernando Orozco Sánchez, comandante de la 16 Zona Militar.
El jardín Florencio Antillón, la Presa de la Olla y el Jardín de las Acacias se vieron rodeados de una de las fiestas más importantes para los lugareños, ambos flancos del vaso pluvial, que ya está lleno a tope, se vieron tapizados de puestos de vendimia, tacos, gorditas, pan de nata, discos “pirata”, bebidas, cervezas, enfilados en arroyo y aceras de la vialidad.
La mesa oficial se dispuso, como es costumbre, entre la cortina de la presa de San Renovato y el Jardín de las Acacias, ahí bajo las lonas de plástico que protegerían de la eventual lluvia se vivía otra fiesta, un tanto más frívola entre amigos políticos que se saludaban de mano y el respectivo espaldarazo.
El sonido ambiente predominante era el de los juegos mecánicos que le dan el inconfundible toque de fiesta al entorno, donde se incrustó este año un ring de box para abonarle a la variedad.
Las familias enteras sentadas comiendo en el jardín conversaban mientras se servían las enchiladas, las gorditas y los guisados, a unos metros de ahí un tanto abandonada, la carpa proselitista del PRD que sigue en su proceso de reafiliación, del PAN no hubo ni una señal.
Este año la lluvia tempranera no fue un inconveniente, pues la gente pudo convivir con tranquilidad y alegría hasta cercanas las 5 de la tarde cuando comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia, como es habitual para este día, minutos después la lluvia ya era copiosa, aunque los ánimos menguaron un poco, la fiesta siguió su curso.

Las grandes ausencias

Las grandes ausencias en esta verbena oficial fueron la del gobernador Miguel Márquez Márquez; quien sí estuvo presente en el desayuno de los mineros en el mismo lugar pero por la mañana, nunca había faltado la investidura gubernamental a la fiesta, se oyó rumorar, ni tampoco la del rector de la Universidad de Guanajuato, que también estuvo ausente.

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