Italia.-  Un grupo de científicos italianos localizó neuronas perfectamente conservadas en un cerebro vitrificado que pertenecía a una de las víctimas de la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., el cuál destruyó las ciudades de Pompeya y Herculano

El estudio fue publicado en la revista científica PLOS ONE, y el equipo de investigadores provienen de la universidad de Nápoles Federico II, el CEINGE-Advanced Biotechnology, la universidad Roma Tre de Roma, la Estatal de Milán y el Consejo Nacional de Investigación (CNR).

El descubrimiento de tejido cerebral en restos humanos antiguos es un evento inusual, pero lo que es extremadamente raro es la preservación integral de las estructuras neuronales de un sistema nervioso central desde hace 2000 años, en nuestro caso con una resolución sin precedentes”, explica en una nota el antropólogo forense Pier Paolo Petrone, que ha dirigido el proyecto.

La erupción provocó que restos biológicos se pudieran conservar por miles de años, en este caso, la “conversión de tejido humano en vidrio” que muestra el rápido enfriamiento de la ceniza volcánica caliente ayudó a la conservación de este increíble hallazgo. 

Los resultados de nuestro estudio muestran que el proceso de vitrificación único inducido por la erupción congeló las estructuras celulares del sistema nervioso central de esta víctima, conservándolas intactas hasta el día de hoy”, agrega Petrone.

Imagen de archivo de restos humanos encontrados en Pompeya, ciudad antigua destruida por la erupción del Vesubio. Foto: EFE/EPA/Cesare Abbate, El Universal.

En el estudio también se analizaron algunas proteínas ya identificadas, y esto fue publicado en enero en la revista New England Journal of Medicine

Un aspecto importante podría referirse a la expresión de genes que codifican proteínas aisladas de tejido cerebral humano vitrificado”, explica Giuseppe Castaldo , Investigador Principal de CEINGE y Catedrático de Ciencias Técnicas de Medicina de Laboratorio en Federico II.

La importancia de este descubrimiento va más allá del campo científico, ya que también fortalece los estudios históricos sobre este hecho y el fortalecimiento de la capacidad para gestionar desastres naturales de la misma naturaleza. 

La investigación en curso va en la dirección de una reconstrucción hacia atrás de las distintas fases de la erupción, evaluando los tiempos de exposición a altas temperaturas y el enfriamiento de los flujos, que son importantes no solo para la arqueología y bioantropología, sino también para la riesgo volcánico, aseguran.

GOM

 

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