León, Guanajuato. Bernardo Barranco coordinó un trabajo de investigación y análisis que comparten en el libro “Depredadores Sagrados Pederastia clerical en México”

José Barba, Érika Barrón, Ruth Casas, Leopoldo Cervantes, Daniel Portillo, Cristina Sada, Analu Salazar y Mónica Uribe, forman parte de la compilación de temas actuales de la pederastia en México que busca sobre todo, actualizar un tema que si bien, se ha expresado de diferentes maneras, de acuerdo con Bernardo, en México no se tienen obras que lo sistematizan de manera sólida. 

Esta obra, es un viaje a través del dolor, la inequidad y las repercusiones personales y sociales. Pero también de la resistencia, la solidaridad y la denuncia. Este libro es una puerta para entender y, tal vez, para empezar a sanar en lo personal y en lo colectivo. 

Contiene temas de filosofía y teología como el que hizo Ruth Casas; un texto desde la teología feminista que analiza el tema de la pederastia, pero en el que ella acentua mucho la dimensión de esta masculinidad sagrada. 

Este trabajo reúne también los testimonios de Analu Salazar y José Barba, de dos de las tres generaciones de víctimas que Bernardo explica; la primera, es la de los ex Legionarios de Cristo, que se enfrentan al mundo, donde nadie le cree, El Vaticano, los medios y los empresarios están encima porque nadie cree que Marcial Maciel y los legionarios son los perversos; por lo tanto sufren un embate y lo que piden ellos es que sean reivindicados por la iglesia y que su lucha tiene validez”, explicó. 

La segunda generación, es a partir del 2005, sobre todo en Estados Unidos, donde se busca el resarcimiento económico, país en el que la iglesia católica gastó más de 2 millones de pesos. 

Y la tercera generación, en la que a Analu Salazar, no le interesa la iglesia ni una indemnización, sino que se haga justicia y que a su depredador lo metan a la cárcel, pues él está resguardado en Roma, degradado como sacerdote, pero protegido por una especie de jubilación porque tiene más de 80 años.

En el libro hay otro artículo muy interesante sobre el tema del encubrimiento a cargo de Mónica Uribe, una destacada socióloga que toma como eje Norberto Rivera, el gran protector de pederastas en México y deja ver que él está en deuda con la sociedad mexicana porque le debe explicaciones profundas de su actuar. Si una persona encubre un delito criminal, se convierte también en criminal”, señaló el autor. 

El trabajo también se integra por textos sobre la pederastia en otras iglesias como las evangélicas o protestantes, pero que no acaparan reflectores como la católica y que continúan con una especie de código de silencio para no dañar su imagen. 

Tienes un ensayo que hago sobre la evolución de los medios de comunicación, sobre el tema de la pederastia en dos momentos: uno de complicidad y otro de denuncia. Pero es tal el impacto que tienen a nivel internacional que se convierte en una mercancía la información, al grado que hay una especie de género que lo hacen lucrativo con películas, reportajes, documentales, libros, etcétera”, agregó. 

Por su parte Daniel Portillo, un joven sacerdote comparte su visión desde el interior de la iglesia católica y el dolor que este tema provoca, un texto que Bernardo define como valiente e interesante, con propuestas y alternativas. 

Luego hay otro texto sobre la pederastia visto desde la bibliografía, es decir, los libros, las reflexiones, los capítulos que ha habido vinculados a México. Es un libro completo que se acompaña de una cronología útil, para no perder la memoria”, destacó Bernardo. 

El libro surge de los cuestionamientos 

“Depredadores Sagrados Pederastia clerical en México” surge como respuesta al pronunciamiento que hizo el episcopado hace año y medio sobre que hay 152 curas que han sido separados de sus cargos por demandas de pederastia. 

Surgen muchas preguntas, quiénes son, en qué parroquias, en cuáles diócesis, cuántas víctimas y qué tratamiento se les ha dado, cuál es el estatus legal de estos sacerdotes; y la respuesta es nada, seguimos en la misma lógica de opacidad porque digamos que la iglesia tiene el control y por otra parte, las autoridades no quieren, no pueden o no desean tener una actitud más proactiva porque no quieren provocar el peso político de la iglesia”, comentó. 

Fue durante el confinamiento, el tiempo que se invirtió para realizar este libro, cada autor con su propia metodología, archivos y recursos. 

En el caso de Bernardo, lo más complejo fue ordenar la información, pues aunque contaba con mucha, estaba desordenada, por lo que una vez leída, creó esquemas interpretativos de tal manera de presentar al lector un filtro de cómo entender el rol de los medios de comunicación frente a la pederastia. 

El mayor logro, no solo mío, sino de los autores, es de no quedarnos solo en la denuncia, en el hecho, tratar de encontrar pistas y alternativas de salida, sobre todo con el enfoque a víctimas”, destacó. 

También señaló que cuando en febrero del 2019, le preguntaron al presidente Manuel López Obrador sobre lo que hacía el gobierno con este tema, dijo que con la iglesia no se metía y si había algún caso que siguiera su proceso legal. 

El problema que tener esas aptitudes es que hay una lógica política y el estado tiene la obligación de garantizar el pleno desarrollo de los niños y al no meterse está fallando a una de sus más importantes tareas que es informar y proteger el desarrollo de las próximas generaciones”, agregó. 

Esto provoca una disyuntiva grave en la que el libro plantea que el estado tiene que aplicar la ley, la justicia en los sacerdotes que cometen este delito. 

“Los invito a leer porque van a encontrar textos con un realidad muy vigente, fuerte, pero textos que son escritos con generosidad y sobre todo con sensibilidad hacia las víctimas”, finalizó. 

 

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