Bajo la asesoría de sus incondicionales y la connivencia de VISE, el nefasto exgobernador de Guanajuato Diego Sinhue Rodríguez, no solo entregó una caprichosa y sospechosa concesión carretera a un compadre, para sustentar su estancia tejana en Woodland; sino que con ello, otorgó a su empresa consentida el establecimiento de una aduana para entrar y salir, rápido y sin sobresaltos a la ciudad de Guanajuato. Esto previo pago de una cuota que irá incrementándose año con año para llenar los bolsillos de ambos cómplices.
Al Partido Acción Nacional, no le fue suficiente con también concesionarle la franquicia de su Comité Municipal al consorcio Navarro-Smith para que, desde ahí, conformara una amplia red de tráfico de influencias, abusos de poder y cobro de moches para enriquecerse y comprar elecciones cada trienio. Esto propicia un fenómeno de corrupción desaforada que encarece el costo de vivir y hacer negocios en esta ciudad patrimonio de la humanidad. En tanto sus devotos diputados, siempre sumisos, apoyan sin rubor, la concesión para que se construya la garita de VISE, y de esa forma cobrar peaje durante los próximos 30 años.
La ciudad de Guanajuato, situada en el fondo de una estrecha barranca, no cuenta con accesos dignos que no sean el de paga. La carretera que es libre es la federal 110, estrecha y sinuosa. No tiene acotamiento, es insegura y pasa por varios poblados con topes, antes de llegar a la capital. La única vía moderna es la supercarretera de cuatro carriles y 13.5 kilómetros de longitud, realizada en 1989, con el compromiso de hacerla libre cuando se pagara su construcción. Las cuotas actuales son de 38, 69,116 y 183 pesos según el vehículo que la utilice. Así, una caseta de cobro normal, se transforma, para los habitantes de Guanajuato, en una costosa aduana en donde debemos pagar para llegar a nuestros hogares bajo ciertos estándares de seguridad.
La llegada y salida de turistas, el transporte de mercancías y pasajeros, queda sujeto al pago de las gravosas tarifas, que van a la bolsa del consorcio VISE-Rubau, desde hace ya nueve meses. La ciudad se encarece. Hagan cuentas, vecinos, de cuantos peajes saldan por mes y proyecten también el sobrecosto que vendrá cuando los trabajos burocráticos de muchos, se trasladen al nuevo centro administrativo del Parque Bicentenario. Se multiplicarán las ganancias para VISE, así como el goteo para manutención del exgobernador en su casa azul de Woodland.
Por lo pronto, la gobernadora de la gente, está en serios aprietos. No ha podido transparentar el negocio (Concesión) que le heredó su antecesor, verdadera papa caliente. A las requisitorias de documentos, solo atinan a contestar con reportes cuajados de hojas testadas, que eliminan cualquier tipo de información necesaria para corroborar la racionalidad de la decisión. Será muy complicado convencernos de que entregar una carretera del estado a un particular, para que a su vez, este haga una autopista que también explotará en su provecho, sea beneficioso para los guanajuatenses. Por lo pronto, guardan bajo siete llaves la información comprometedora. ¡Imagínense! Uno de los que tomó la temeraria decisión sigue siendo secretario de finanzas. No conocemos los 30 anexos de la concesión, el trazo definitivo de la carretera, los aforos estimados, las discusiones del Consejo Consultivo de Concesiones, ni los proyectos ejecutivos sobre los cuales se formularon los costos de los trabajos comprometidos.
Todos los incentivos obran en contra de los usuarios de las carreteras de VISE, porque su interés es el de maximizar sus rendimientos. Así, en el futuro, Guanajuato Capital será estrangulado por los costos de acceso sumados a la desventaja de estar en manos de un gobierno municipal chantajista, incapaz y de mala fe. Muy grave, especialmente para el sector turístico.
Mientras, quienes tengan agallas, deben intentar conjurar el mal que nos acosa. Para lograrlo parece propicio conformar un colectivo ciudadano, como lo propone el abogado Roberto Saucedo, que inicie el diseño legal de acciones colectivas para frenar la fuerza de los intereses tejidos entre ambiciosos empresarios y malos gobernantes. Ojalá y nuestro diputado estatal nos acompañe y apoye. Esto sería solo un flanco de ataque inicial, ya que todo el procedimiento presenta fallas muy importantes que también deben de ser combatidas con otras medidas jurídicas. Nos proponemos empezar esta próxima semana.
P.D. Me cuentan hoteleros y restauranteros de Cuévano, que ante sus tímidos reclamos por el abandono en que se encuentra la ciudad, el basural y los pésimos servicios públicos; la respuesta fue una amenaza: “ni le muevan, porque si protestan públicamente, les sembramos sustancias prohibidas en sus locales y los clausuramos”. La fuente es confiable. Ojalá que Juan Mauro González esté pendiente.
