***
El reciente informe de gobierno en Apan estuvo marcado por la confrontación entre la regidora María Gloria Hernández y la alcaldesa Zorayda Robles, reflejando la tensión que persiste al interior del cabildo. Mientras la presidenta buscaba mostrar un escenario de logros, los aplausos sonaron más forzados que genuinos y varias de las obras presumidas resultaron recicladas. Así, el evento pareció más una representación política que un ejercicio de rendición de cuentas.
***
En su más reciente gestión, Daniel Andrade Zurutuza ha demostrado que no se limita a la labor legislativa, sino que busca acercar soluciones concretas a la Sierra y la Huasteca hidalguense. Al entablar diálogo directo con la presidenta Claudia Sheinbaum y diversos secretarios federales, puso sobre la mesa proyectos clave como la universidad en Coacuilco, la rehabilitación de carreteras y la posibilidad de que Huejutla recupere el nombramiento de Pueblo Mágico.
***
Resulta curioso ver a Omar Fayad celebrando la Independencia de México desde Noruega, mientras en Hidalgo aún se resienten los pendientes que dejó su administración, como el abandono de infraestructura hídrica o el polémico puente atirantado. Da la impresión de que disfruta con entusiasmo el papel diplomático, aunque para muchos hidalguenses todavía pesan las promesas incumplidas y las obras inconclusas que forman parte de su legado.
***
En el marco del 115 aniversario del Reloj Monumental, los festejos en plaza Independencia recordaron la importancia de este ícono para la identidad pachuqueña. Cabe destacar que hace apenas unos días comenzó la rehabilitación de esta joya arquitectónica, un proceso que tomará alrededor de tres meses y que busca devolverle todo su esplendor. Así, mientras se celebraba su historia, también se dio un paso firme para asegurar que el reloj siga marcando el tiempo y la memoria de Pachuca.
***
En Huautla, también los adornos del mes patrio se volvieron tema de críticas, pues el gobierno encabezado por Jorge Alberto Hernández Cortés optó por colocar botellas pintadas que poco tienen de festivas y ni siquiera respetan los colores de la bandera. En un contexto general de inconformidad ciudadana, esta decisión refuerza la percepción de falta de interés y creatividad por parte de la administración, que quiso disfrazar de “austeridad” lo que parece un descuido a la celebración más importante del país.
