Doctor Mora, Guanajuato.– A 10 días de haber cumplido la voluntad de Alexander, de 17 años, de donar sus órganos en caso de fallecer, su familia enfrenta emociones encontradas: por un lado, la satisfacción de saber que Alex brindó regalos de vida; por otro, la incertidumbre de no saber en qué circunstancias llegó a su cabeza la bala que le quitó la vida en Doctor Mora.
Aunque autoridades estatales y de salud difundieron ampliamente su historia como un acto de generosidad, la causa de su muerte cerebral —un disparo en la nuca— ha quedado minimizada, sin avances públicos en la investigación.
En el primer semestre del año, al menos 59 niñas, niños y adolescentes han muerto por armas de fuego en Guanajuato, según datos oficiales.
La familia aún no tiene respuestas
En entrevista con AM, Brenda, una de las hermanas de Alexander, relató cómo fueron las horas posteriores al incidente: primero creyeron que se trataba de una caída en motocicleta, después descubrieron que la causa era una herida de bala. Hasta ahora, la familia no cuenta con asesoría jurídica ni información clara de la carpeta de investigación.
No hay nada (de información), por eso se nos hace muy raro, porque no hay nada. Fue en (la comunidad) La Redonda”. Pero no les dicen quién lo reportó, “solo nos dijeron que fue una caída y ya, por eso hasta ahorita están haciendo las investigaciones, no nos dicen nada, nada”.
A pesar de la incertidumbre, la familia afirma sentirse orgullosa de Alexander. “Para nosotros, es un héroe. Él sigue viviendo”.
Anatomía de una donación
Alexander salió el sábado 2 de agosto por la noche de Tierra Prieta a visitar a su novia al rancho de La Redonda, donde se celebraba un baile popular. En la madrugada, un conocido alertó a la familia: “Alex se había caído de la moto”.
En el trayecto, les avisaron que elementos de Protección Civil municipal lo habían recogido y lo habían ingresado al Centro de Salud de Doctor Mora.
“Ya cuando llegué ahí el doctor me dijo que lo íbamos a trasladar de emergencia a San José de Iturbide porque iba muy grave, yo me fui con la idea de que se había caído de la moto. Llegando a SJI me dijeron que debían intubarlo de emergencia”, por lo que ella aceptó realizar el procedimiento.
Aproximadamente a las 5 de la mañana del domingo, el personal de salud le avisó a Brenda que era necesaria una tomografía, que debían trasladarlo a Querétaro, con todo y que seguía muy grave.
Ahí se realizó el estudio y cuando iban de regreso a San José Iturbide, el paramédico a bordo de la ambulancia le pidió a Brenda que le mostrara la tomografía, cuya imagen recibió ella en su teléfono.
“Cuando abrió las tomografías para revisarlas, el paramédico me dijo ‘¿Estás segura que se cayó de la moto?’ Yo iba con esa idea, le dije que sí. ‘¡Qué raro!’, me dijo, ¿por qué?, ‘Para mí
que fue impacto de bala’. ¿Cómo?, no puede ser, le dije. ‘Con esa idea veníamos también nosotros’, me dijo, ‘pero es impacto de bala’. Pero yo me quedé así, el paramédico no sabe”, se dijo a sí misma.
La herida había sido en la nuca pero no fue necesario vendarle la cabeza, no presentó hemorragia, explicó la joven.
No había ambulancia
Ya en el hospital de San José de Iturbide, una doctora confirmó que era impacto de bala y le anunció que debían trasladarlo nuevamente, ahora al Hospital Comunitario de Dolores Hidalgo, para hacer un estudio más profundo.
Pero antes de irse, Brenda y sus padres fueron citados a declarar ante el Ministerio Público. Además, el traslado se retrasó porque en Iturbide no había ambulancia y la condición del joven era en extremo delicada.
La salida a Dolores Hidalgo, calcula, fue a las 4 de la tarde. Ya para entonces, otro médico les había advertido que era muy probable que Alexander hubiera sufrido muerte cerebral, de ser así, había la posibilidad de donar sus órganos, si la familia lo aceptaba.
Pero que en caso de no presentar muerte cerebral, donde hay cese completo e irreversible de toda actividad cerebral, Alex quedaría en estado vegetativo, donde sí hay ciertas funciones básicas pero sin interactuar con el entorno ni reconocer a nadie. En cualquiera de los dos casos, eran terribles noticias para ellos.
En Dolores, una vez que estabilizaron los signos vitales de Alexander, el lunes por la mañana, les confirmaron la muerte cerebral y la familia decidió donar sus órganos.
“Ahí la doctora se movió, para hacer los traslados (de los órganos) el martes”.
Brenda comenta que su familia no pagó por la hospitalización de Alex ni los traslados, únicamente por la tomografía. Agradeció el apoyo del alcalde de Doctor Mora, Javier Reséndiz Jacobo para los gastos funerarios.
“Mi hermano no tenía enemigos, por eso toda la gente está impactada con lo que le pasó, porque él siempre fue bien buena gente, nunca se peleaba, no fumaba, no tomaba (…) Somos una familia muy humilde, que lo único que quiere es justicia”.
A Alexander le sobreviven su padre y su madre, cuatro hermanas mayores (entre ellas, Andrea y Brenda), así como otras dos hermanas menores y un hermanito más pequeño, de 3 años, hoy, el único varón.
DAR
