Guanajuato.- La Comisión de Desarrollo Rural y Fomento Agropecuario llevó a cabo una mesa de trabajo para analizar una iniciativa de reforma a la Ley de Fomento y Desarrollo Agrícola para el Estado de Guanajuato, en materia de personas jornaleras agrícolas y migrantes jornaleras agrícolas, desde una perspectiva de género.
La diputada Rocío Cervantes Barba explicó que se busca visibilizar la realidad de las mujeres agrícolas y establecer medidas legales para su protección, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras del campo.
Se trata de analizar cómo atender a las familias enteras que migran juntas. De acuerdo con la legisladora del PRI, hay familias completas que migran.
“Es un tema de mujeres, sí. Pero también hay que garantizar los derechos de todos los integrantes de una familia, porque muchas veces no está tan visibilizado el tema de que, cuando el jefe de familia viene al surco, pues también se trae a la esposa y a los hijos”, señaló.
Abundó que es necesario trabajar de manera integral y que es una tarea que corresponde a los diputados “trabajar por garantizar esos derechos, no nada más de las mujeres que migran con el jefe de familia, sino también de los niños, que muchas veces es un trabajo que no está visibilizado y que no quiere decir que esté adecuado o que les estemos garantizando también los derechos a nuestros chiquitos”.
Insistió en que no se trata de dar nada por hecho ni solo de concientizarlo: “no es decir que sí, es visualizarlo para poder ayudar a salvaguardar los derechos”.
Sobre la intervención de autoridades en Dolores Hidalgo, donde incluso se habló de un rescate a los jornaleros, la legisladora dijo: “Poco a poco tenemos que ir fortaleciendo toda la normativa que va en torno a este tipo de trabajo. Yo veo que es un gran paso ahorita el tema de las mujeres jornaleras; sin embargo, después de lo de Dolores Hidalgo se hizo muy visible y ya se puso el ojo en el tema de que vienen familias completas”.
Puntualizó que se debe tomar en cuenta que este fenómeno incluye vivienda, servicios básicos, higiene, salud e “incluso generarles cierta certeza y estabilidad a ese tipo de familias que, si bien están por temporadas, no podemos prescindir tal vez de los servicios, pero sí darles un poco más de garantía al momento que estén aquí”.
Moscas, basura y precariedad: Así viven jornaleros en el rancho de Dolores Hidalgo
AM publicó el 13 de julio que condiciones insalubres, incertidumbre laboral y alejadas a media hora caminando de la carretera Dolores Hidalgo-San Diego de la Unión, es como viven decenas de familias de personas jornaleras.
Viven y trabajan en condición de trata de personas con fines de explotación laboral, de acuerdo a la Fiscalía General del Estado (FGE), que realiza las investigaciones.
“Están bien abandonados aquí. Los niños chiquitos, todos mocosos en tiempo de frío. Gentes de a cuatro o cinco en un mismo cuartito, lleno de chinches (…)”, afirmó un vecino del lugar.
Sin embargo, las esposas, hijos e hijas de los trabajadores niegan que haya malas condiciones, dicen que no les cobran renta, que cada familia tiene su cuarto, que no viven hacinados, que cuentan con doctora, con escuela, con tienda de abarrotes, que en cualquier momento se pueden ir.
Pero también, que en cualquier momento se puede terminar el contrato y tendrían que dejar el albergue, dejando atrás también el poco patrimonio que hayan juntado y regresar a sus pueblos cargando solo lo indispensable.
Que no saben, a ciencia cierta, cuánto ganan por semana, pues depende del patrón, que deposita en el banco o en su mano el dinero en efectivo. A veces pueden ser mil 200, mil 700, tres mil. ¿De qué depende? “La verdad, no sé”, fue la respuesta repetida varias veces.
Ese albergue fue escenario el viernes 11 de julio de un cateo por parte de la Fiscalía de Guanajuato, que inició una carpeta de investigación por la presunta trata de personas con fines de explotación laboral en perjuicio de unas 700 personas en un rancho agrícola.
Ni trabajadores ni vecinos conocen el nombre de la empresa. Solo dicen que son personas de origen chino, que llegaron hace unos cinco años.
La FGE tampoco lo informó y no dará más detalles hasta que concluya la investigación.
En hacinamiento, sin servicios y trasladados amontonados jornaleros que trabajan en comunidad del Bajío
AM publicó el 6 de agosto que en un reducido local de 16 metros cuadrados, de 4 por 4, sin ventilación, sin sanitario, ni agua potable, vive Rosendo López con su esposa Luz Elena Márquez y sus cuatro pequeños, el mayor de 10 años y el menor de 3.
Se trata de un pequeño local que le prestaron, pues ambos son de Chiapas, y como tantas familias forman parte de los desplazados que huyen de la violencia de los grupos criminales.
De poco hablar, y con la mirada perdida, señala que trabaja de jornalero en los campos de la comunidad del Bajío, muy cerca de San Judas Tadeo, donde gana un promedio de 300 pesos diarios que apenas le alcanza para sobrevivir.
“Sí vivimos en una situación muy pobre. Nos dormimos en el suelo, colocando plásticos, y tomamos agua de un garrafón que nos cuesta 50 pesos”, señala con cierta preocupación.
En su “cuarto habitación” solo hay ventilación a través de la cortina de acero, pues se trata de un local comercial; en la noche la bajan y solo dejan un poco de ventilación.
“Temprano, a eso de las 6 de la mañana, me recoge una camioneta para irnos a trabajar al campo; mi esposa también va, y nos llevamos a los niños, pues no tenemos con quien dejarlos”, añade.
HLL
