Irapuato, Guanajuato.- Entre 40 y 50 niños son los que han detectado que se dedican a pedir dinero en los cruceros de la ciudad, señaló la presidenta del Sistema DIF de Irapuato, Valeria Alfaro García.
Con el programa “Mis Sueños no Están en un Crucero”, presentado esta semana, busca erradicar el trabajo infantil en Irapuato, porque en México hay más de 3 millones de niños y adolescentes que realizan labores que ponen en riesgo su salud y seguridad, al trabajar en los cruceros.
Por ello la campaña surgió como una estrategia integral para prevenir y atender esta problemática desde una perspectiva de protección de derechos y acompañamiento a las familias.
Desde el DIF Irapuato, en coordinación con distintas instancias gubernamentales como la Secretaría de Seguridad Pública y el Centro de Atención a Víctimas, se han implementado acciones como rondines en cruceros, brigadas nocturnas y ahora la colocación de códigos QR en espacios públicos para facilitar el reporte de casos de trabajo infantil. Estos reportes pueden hacerse también desde un teléfono celular, de forma anónima y en apenas dos minutos”, señaló Alfaro García.
La campaña “Mis Sueños no Están en un Crucero”, dijo Valeria Alfaro, nació porque desde su llegada a la presidencia del DIF, conocieron que hay hasta 32 cruceros en donde infantes piden dinero, en lugar de estar en la escuela.
“Los lugares donde más acostumbran a estar los niños, niñas y adolescentes, que no son los únicos, porque ellos también van cambiando de lugar es el crucero de la salida a Abasolo por donde esta el Asilo de Ancianos; por la Torre Médica en avenida Guerrero; en Díaz Ordaz y Revolución por Plaza Fiesta, por las oficinas de la CFE en avenida Guerrero y Torres Landa y en la zona Centro”, explicó Valeria Alfaro.
Un eje fundamental de la campaña es el lema “Por tu moneda, yo sigo en la calle”, que invita a la ciudadanía a reflexionar sobre el impacto negativo de dar dinero a menores en situación de calle.
Expuso la presidenta del DIF municipal que por ello ahora se busca promover un cambio en los canales de reporte y el apoyo estructurado a través de instituciones. Además, se trabaja con comerciantes y familias para fomentar entornos donde los niños no tengan que trabajar para sobrevivir, sino que puedan aspirar a una vida mejor.
“Actualmente tenemos 9 niños, y familias, que están recibiendo un apoyo integral, para que no solamente el menor regrese a la escuela o haga actividades propias de su edad, sino su familia tenga herramientas para poder vivir en un ambiente sano para ellos”, refirió la presidenta del DIF Irapuato.
En cuanto al seguimiento, mencionó Alfaro García, cuando se recibe un reporte, se inicia un proceso de acercamiento respetuoso a la familia para evaluar su situación, el primer paso es crear conciencia en los cuidadores sobre los riesgos del trabajo infantil y partir de ahí, si la familia muestra voluntad, se les brinda acompañamiento integral que incluye atención psicológica, apoyos alimentarios, vinculación laboral y reintegración escolar para los menores.
Invitan a convertirse en padrinos
“El trabajo infantil suele estar motivado por condiciones de pobreza y falta de oportunidades, muchas familias consideran esta práctica como un medio de subsistencia, ya que un niño puede generar entre 800 y 1 mil 500 pesos diarios pidiendo limosna, una cantidad difícil de igualar por un adulto. Sin embargo, esto perpetúa un ciclo de exclusión social y vulnerabilidad que se transmite de generación en generación, porque cuando ese menor es adulto, también ve que ese dinero ya no lo logra hacer, y ahí empieza el problema nuevamente con sus hijos, y por ello debemos darles una alternativa a eso”, dijo Valeria Alfaro.
Con esta campaña, añadió, no se busca generar nada negativo, sino hacer un llamado a la ciudadanía a no entregar dinero directamente a los niños, sino a buscar formas responsables de ayudarlos, para que su futuro no sean los cruceros, sino que puedan optar a la educación, y tener una calidad de vida mejor en un futuro.
Por ello, finalizó, con una invitación a las ciudadanía para convertirse también en padrinos, brindar oportunidades de desarrollo o simplemente reportar casos, porque “dar una moneda puede parecer un acto de bondad, pero perpetúa la situación que priva a los niños de su derecho a una infancia segura, sana y con futuro”, finalizó Valeria Alfaro.
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