Hablar de periodismo deportivo mexicano es adentrarse en un terreno donde cada palabra con autoridad es fruto de preparación, pasión y, en muchos casos, de lucha. Nada es casualidad. En especial para aquellas mujeres que, con firmeza y talento, decidieron romper esquemas y desafiar estructuras dominadas históricamente por hombres. No llegaron por azar: enfrentaron el machismo, la discriminación y una tradición que asumía que la colaboración femenina era sinónimo de incapacidad para narrar deportes y fueron relegadas, especialmente en el fútbol mexicano. La exclusión fue norma: ignoradas, minimizadas o silenciadas, como si el conocimiento del juego no pudiera habitar en una garganta femenina.
Sin embargo, en los últimos años, una nueva generación ha transformado esa narrativa. Geo González, Vanessa Huppenkothen, Marion Reimers, Adriana Monsalve y Carolina Padrón son ejemplo de quienes rompieron barreras, desafiaron estereotipos y se consolidaron como comentaristas profesionales del deporte en México y Latinoamérica. Llegaron por convicción, por amor al deporte y por pura determinación. Enfrentaron cuestionamientos desde el primer segundo. Pero ahí estuvieron: con análisis certero, voz firme y una preparación que desarmaba los roles tradicionales. Desde sus trincheras, comenzaron a cambiar el relato, fortaleciendo la presencia femenina en un ámbito que las había mantenido lejos de los reflectores.
Ese cambio, aunque lento y lleno de resistencias, tomó forma gracias a quienes no solo se atrevieron a estar, sino a quedarse. Hoy, la diversidad de estilos y trayectorias se une en una pasión común: desafiar los estigmas de género y ganar un lugar merecido en un medio históricamente cerrado.
En México, Georgina González marcó un antes y un después al convertirse en la primera mujer en narrar un partido de fútbol en televisión. Su oportunidad llegó en Atenas 2004, cuando Toño de Valdés le cedió la palabra. Fue una revelación. Geo no se impuso con estridencia, sino con algo más poderoso: la credibilidad del trabajo bien hecho.
A ella se suman grandes personalidades que han otorgado otra perspectiva, tal como la polémica Marion Reimers, analítica y activista, es cofundadora de Versus, ONG contra la discriminación en medios deportivos, ha trabajado en Fox Sports y TNT Sports. Majo González se consolidó durante Rusia 2018. Ha narrado Champions, Juegos Olímpicos y forma parte de W Deportes. Adriana Monsalve y Carolina Padrón destacan en ESPN Deportes, con experiencia en tenis, béisbol, basquetbol, futbol y NFL. Vanessa Huppenkothen ha cubierto eventos como la Copa Mundial FIFA 2018 para ESPN.
Su accionar no solo amplía la representación, también transforma la forma de contar el deporte. No es una tendencia pasajera ni es una moda, es un cambio de paradigma. Hoy, más niñas y jóvenes sueñan con estar frente a una cámara o un micrófono, porque ahora saben que es posible. Tienen referentes reales, cercanos y brillantes.
Ellas no solo narran lo que pasa en la cancha: están cambiando la conversación. Las mesas de análisis, las transmisiones en vivo y las voces en radio y televisión ya no son territorio exclusivo. Eso está transformándose, y con fuerza.
Ya no es raro verlas al frente de grandes coberturas: Copas del Mundo, Juegos Olímpicos, ligas nacionales e internacionales. No están para adornar el set, sino para analizar, cuestionar y narrar con rigor y pasión. No solo hablan de fútbol, béisbol o Fórmula 1, también están dejando huella en una industria que por mucho tiempo las mantuvo al margen.
Ellas ya cumplieron con creces. Ahora es el turno del país de corresponderles. La audiencia lo sabe: están preparadas, tienen talento y credibilidad, le toca a México estar a la altura. A un año de ser sede del mundial, tiene la oportunidad de convertirse en referente de equidad y abrir de una vez por todas las cabinas a las voces femeninas que han demostrado su lugar, la cancha está lista y el tiempo de que las mujeres comentaristas narren la historia, ha llegado.
