Salamanca, Guanajuato.- A veces, el amor se expresa en los actos más difíciles. Moisés Gerardo Olmos Almanza, un joven salmantino de 14 años, falleció trágicamente después de un accidente el pasado martes, pero su historia no termina ahí. Gracias a la decisión valiente de su familia, Moisés se ha convertido en un donador de órganos, llevando esperanza a quienes más lo necesitan.
Corneas, riñones, páncreas e hígado fueron donados por su familia, con la convicción de que, aunque su vida terminó demasiado pronto, podrá seguir presente en otras personas. Hoy, esa generosidad representa una nueva oportunidad de vida para varios pacientes en espera de un trasplante.
La despedida tuvo lugar este lunes 9 de junio en el Hospital General Regional No. 58 del IMSS en León, donde personal médico, familiares y amigos formaron un pasillo de honor para rendir tributo a Moisés.
Entre lágrimas, oraciones y aplausos, se reconoció el acto de humanidad de su familia, que encontró en la donación una forma de trascender el dolor.
El corazón de nuestro hijo ahora vive en alguien más. Él sigue aquí, en cada vida que pueda salvar”, expresó un familiar cercano.
Moisés no solo deja recuerdos: deja vida. Su ejemplo invita a reflexionar sobre el poder que tenemos de cambiar la historia de otros, aún en nuestros peores momentos. Su legado será recordado no solo por quienes lo amaron, sino por aquellos que vivirán gracias a él.
En medio del duelo, la familia Olmos Almanza eligió el camino de la esperanza. Moisés se ha ido físicamente, pero permanecerá en cada latido, cada respiro, cada nuevo amanecer de aquellos que reciban su regalo.
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