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Con tanto que presumía Sergio Baños su “orden” en Pachuca, ahora resulta que su administración dejó más sospechas que resultados. No hace mucho la regidora Nadia Reyna Camacho presentó una denuncia por presunta simulación de contrataciones y dice que hay mucha más tela de dónde cortar, lo que deja claro que la gestión pasada podría estar más cargada de irregularidades que de logros reales. Mientras tanto, continúa la investigación.

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En San Lázaro no solo brillaron los tenangos, la barbacoa y los huapangos, también lo hizo el trabajo del gobernador Julio Menchaca, quien aprovechó la visita para reforzar los lazos con legisladores federales y dejar claro que Hidalgo no solo se representa con orgullo, sino que también se gestiona con seriedad. Entre exposiciones culturales y acuerdos políticos, el mandatario sigue apostando por la unidad y el desarrollo con sello hidalguense. ¡Bien por ese equilibrio entre identidad y acción!

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Semana Santa dejó mucho más que procesiones y vacaciones: en Hidalgo, la movilización fue intensa y el operativo de seguridad no se quedó atrás. Con más de 7 millones de vehículos circulando, el gobierno estatal echó toda la maquinaria a andar: auxilios, atención médica, incendios controlados, personas localizadas y hasta un nacimiento escoltado por el C5i. Bien por las instituciones que no descansaron y respondieron al llamado. Que sigan así… y que todos sigamos manejando con responsabilidad.

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Vaya herencia dejaron en Singuilucan. La alcaldesa Yazmín Dávila no tuvo más remedio que dar la cara y explicar cómo un juicio laboral de 2016 terminó por poner en jaque a todo el municipio: cuentas congeladas, escrituras comprometidas y hasta el nuevo panteón en la mira por un adeudo de 21 millones de pesos. Un episodio que deja clara la importancia de hacer bien las cosas desde el inicio, porque tarde o temprano, la mala administración pasa factura… y con intereses.

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Ya es hora de que la Semot no solo advierta, sino que realmente meta orden en el transporte en Hidalgo. Si bien es importante sancionar a quienes prestan el servicio sin autorización, lo cierto es que muchos usuarios recurren a plataformas sin permisos porque el transporte convencional no siempre es puntual, seguro ni eficiente. Así que, más que solo poner multas o advertencias, lo ideal sería que la Secretaría de Movilidad se enfoque también en mejorar la calidad del servicio que sí está autorizado, porque al final, quienes pagan las consecuencias de este desorden son los usuarios.

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