Según datos del Centro de Estudios de Adopción y el INEGI, en el 2023, el número de NNA sin cuidados familiares en el País rebasó los 40,000, y de acuerdo a mi estimación en Guanajuato está cercano a los 600. Por eso, por cuarto año, marcharemos. El 9 de abril fue declarado por el Senado como Día Nacional de la Adopción. Adoptar es aceptar la patria potestad sobre un menor (NNA, niña, niño, adolescente); el acogimiento es recibir temporalmente a uno de ellos para que viva en el seno de una familia mientras se resuelve su situación de orfandad. 

En México, a diferencia de otros países, se ha complicado la adopción y el acogimiento. Lo que antes se daba por reglas de amor, legisladores y gobiernos le ha convertido en un sistema cruel e ineficaz. Adoptar en México es algo complicadísimo. Si bien es cierto que debido a los abusos a la niñez la legislación ha debido endurecerse, también es cierto que las condiciones sociales han cambiado por la crisis de nuestro modelo económico que genera grandes diferencias entre los ricos y los pobres, llevando a la orfandad y a la desprotección a miles de pequeños. 

Por eso la iniciativa que ingresamos al Congreso de Guanajuato, la asociación civil “Familias de corazón”, para facilitar la adopción, sobre todo de adolescentes y garantizar la protección a NNA que se encuentran en desamparo familiar, en situación de abandono, exposición o institucionalización (condición de vivir en un albergue). Hoy la ley termina por “fregarle” la vida a miles de pequeños, al hacer casi imposible la adopción y mantener por años encerrados en orfanatos a los menores. No hay legisladores, ni funcionarios que sean padres adoptivos y no han formado parte de OSC (Organizaciones de la Sociedad Civil) dedicadas a la orfandad y por eso, desconocen la realidad diaria de los NNA en orfanatos. 

Los menores se hacen “viejos” esperando ser adoptados y terminamos por arruinar la vida de miles de NNA, pues quedan destinados a permanecer en las casas hogar, dado que después de los 10 años ya nadie quiere adoptar. El efecto: los años que los pequeños esperan en casas hogar, son definitivos para la formación de su personalidad y generan retrasos terribles, estimados en un retraso de una tercera parte del tiempo que viven encerrados. Ellos no conocen sus derechos ni la ley; los adolescentes (mayores de 12 años) tienen derecho a que se escuche su voz. 

La niñez es el eslabón más débil, junto a la vejez, para mostrar las fisuras del tejido social. La orfandad es una realidad, lo mismo que lo es el abandono. Por eso las casas hogar no deberían existir; son un remedio parcial al problema, aunque creadas con ganas sinceras de ayudar, no suplen lamentablemente a la familia. Por eso, marchamos cada año del Arco de la Calzada a Presidencia Municipal para visibilizar esta realidad. Por eso, las consignas son para que se cambie la ley. Las familias adoptivas son verdaderos monumentos al amor a la humanidad, pues muchas de ellas cambian la vida de los menores, restituyendo su derecho a la felicidad, y son tratados sin empatía, como si fuesen potenciales agresores, cuando son en la realidad ”héroes” que dan su vida por los menores. 

Debe abrirse el sistema de adopciones para que más familias puedan adoptar y que los adolescentes en encierro puedan ser adoptados y prepararles para la inminente salida a los 18 años si no fueron adoptados. Necesitamos agilizar los trámites y que obtener un certificado de adopción de adolescentes sea más sencillo. Los viajes, gastos, burocracias, trámites, requisitos, hoy hacen casi imposible la adopción. Necesitamos crecer la “Escuela de familias adoptivas” para ayudar a más en el difícil proceso de ser mamás y papás adoptivos. Hace años cientos de familias leonesas “acogían” a NNA en periodos vacacionales, fines de semana, para crear redes de apoyo a los pequeños. Esto ahora está penado y postra a los pequeños a estar encerrados en los orfanatos, haciendo imposibles incluso las visitas de buena voluntad. 

Se requieren nuevos esquemas, nuevas estrategias, presión social, redes de organizaciones civiles, que busquemos que la legislación sea más sencilla y los pequeños que están en proceso de ser adoptados, puedan pasar temporadas, en “familias de acogida”. Nuestra concentración pacífica de familias adoptivas y ciudadanos será el domingo 13 de abril a las 12:00 horas, frente a Presidencia, a nombre de ellos, para que esta realidad que nos ofende a todos, cambie. Los pequeños no pueden salir a las calles, los mamás y papás adoptivos, sí.

 

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