A ciencia cierta no sabemos por qué León está entre las tres ciudades con mayor miseria urbana en el país. Ecatepec, Acapulco y nuestra ciudad son las ciudades con mayor número de pobres según el Coneval. Buena parte del fenómeno es por la informalidad. El INEGI y el Coneval están llenos de cifras sobre nuestras entidades. Ahí lo podemos ratificar.
Otras ciudades como Querétaro, Aguascalientes y San Luis Potosí, tienen menos pobres en porcentaje (León del 38% al 40%; Querétaro del 27% al 30%; Aguascalientes del 28% al 30% y San Luis Potosí del 35% al 38%).
Querétaro tuvo una mejor planeación urbana a pesar de que hoy sus vialidades están rebasadas como muchas urbes que crecen sin cesar. Otro factor triste es el nivel de asentamientos irregulares. En León hay más de 300 y en Querétaro 115.
¿Qué hizo bien Querétaro para que la calidad de vida de sus habitantes sea superior a la nuestra? Existe la versión de que el temblor de 1985 en la CDMX atrajo habitantes, inversión y desarrollo para nuestro vecino. Sin embargo, no sólo fue una migración de clases medias sino la visión constructora de sus gobernantes. El empeño fue atraer industria de todos los tamaños. Desde Google Maps podemos ver los más de 32 parques industriales en su zona metropolitana, repletos de naves de todos tamaños. Podemos ver un aeropuerto diseñado para futuras décadas.
En León apenas hay media docena de fraccionamientos industriales y muchas de las fábricas de calzado están dispersas en pequeñas naves dentro de la zona urbana. Nuestra industria del cuero y el calzado vive estancada y los servicios han tomado buena parte de nuestros ingresos. Tan sólo el banco local genera más riqueza que docenas de fábricas de cuero-calzado.
Quienes conocemos León, por tantos años de haberlo vivido, sabemos cómo se desarrolló. Si usamos Google Maps podemos ver cada barrio, cada fraccionamiento y su entorno. Si sobreponemos un plano de hace 30 años, notaremos que el crecimiento ha sido arbitrario, por no decir caótico. A tal grado es el desbalance de nuestras 120 mil hectáreas que ni siquiera se ha podido acercar la vivienda popular a las zonas industriales. Quienes trabajan, para Reyma o para las industrias de la Ciudad Industrial, al sur del área urbana, no pueden vivir cerca. Muchos tienen que ir desde Villas de San Juan, Los Castillos o Las Joyas en trayectos de hasta dos horas. Ese fue el plan del IMPLAN.
También en Google Maps podemos ver todos los baldíos donde la especulación con la plusvalía de la tierra genera fortunas. Es más, todos los agentes inmobiliarios, con años en el oficio, conocen la historia y a los propietarios de esa tierra inútil para la comuna.
En esos 30 años, el IMPLAN, ha sido protagonista de algunos aciertos, pero en mucho se le debe el atraso de la ciudad por el uso patrimonialista de quienes estuvieron cerca del poder panista y priista. Qué decir de políticos incompetentes que prohibieron llevar agua a las colonias más pobres porque no tenían escrituras.
Según urbanistas especializados, hay que densificar; limitar la expansión del perímetro de la mancha urbana y evitar el odiado “sprawl” o dispersión. Otros creemos que la ciudad debe densificarse pero también abrirse al crecimiento. León tiene problemas sociales serios. La única forma de enfrentarlos es mediante la inversión. Necesitamos crecer con planeación; necesitamos aprovechar la tierra inútil fuera y dentro de la urbe. Para eso se necesita visión de futuro, como la tuvieron en Querétaro.
