“Time is money”
Deng Xiaoping
Era algo parecido a una carrera de Ferrari, McLaren, Mercedes y Red Bull. Con escuderías que valen miles de millones de dólares. Como si fueran autos de F1 con las mejores especificaciones de peso-potencia.
Imaginemos que en el circuito de Austin aparece un vochito diseñado y modificado en China cuyo desarrollo tuvo un costo de apenas 5 millones de dólares y dos meses de fabricación; se empareja a los campeones y los rebasa. Además se puede adquirir en cualquier lugar, el diseño es replicable y lo dan gratis para armar en casa.
Es la metáfora de lo que sucedió ayer en los mercados con la irrupción de “DeepSeeker”, el nuevo modelo de IA desarrollado en China. Resulta que, a diferencia de OpenAI y su Chat-GPT, la eficiencia de DeepSeek se logra con procesadores no tan potentes ni tan numerosos como las últimas versiones de Nvidia. El costo por búsqueda o inferencia es una treintava parte de los modelos como Gemini, Chat GPT, Claude y Copilot de Microsoft.
Cuando entrevistaron sobre DeepSeek al director de Perplexity, Aravind Srinivas , comentó que “la necesidad es la madre de la invención”. EE.UU bloqueó la venta de procesadores de punta y los chinos le dieron la vuelta con la invención. Aprovecharon los modelos existentes de Gran Lenguaje (LLMs), los modificaron y crearon algo mejor y más eficiente. Cuando los desarrolladores se dieron cuenta que tenía código abierto lo adoptaron en tropel. Reportan que hoy es la aplicación más descargada, superando a Chat GPT.
Apenas la semana pasada había anunciado Donald Trump la inversión de 500 mil millones de dólares en IA. Con su tradicional soberbia, el presidente norteamericano no sabía que justo a la siguiente semana las empresas tecnológicas del NASDAQ perderían 3 veces esa cantidad, 1.5 billones de dólares (millones de millones). Nunca una empresa había perdido lo que Nvidia, unos 556 mil millones de dólares.
Para Estados Unidos y la política de Trump son un golpe entre ceja y oreja. Las empresas que preparaban su salida a bolsa con enormes valuaciones se desinflaron. Los inversionistas que se alineaban para cortar un pedazo del pastel, quedaron helados.
El “vochito” llamado DeepSeek se convierte en un Tsunami para las aspiraciones de dominio norteamericano. Las pérdidas del mercado ayer equivalen al producto interno bruto de México. Las olas que generará en los próximos días ni Trump las podrá detener porque le quitaron la supremacía de la IA a EE.UU con puro ingenio. Lo mismo pasó con la fabricación de automóviles y las ventas de celulares. China se adueña de los mercados con o sin permiso.
Lo que hoy sucede es fruto de la semilla que sembró hace 40 años Deng Xiaoping, quien apostó por reformar su país con la fuerza del mercado y el poder de la ciencia y la tecnología. Trump está sembrando otra semilla: la del odio, la discordia y el mangoneo.
La bondad de DeepSeek es que su economía atraerá a millones de empresas a la IA, a instituciones educativas y gubernamentales, se convertirá en un bien universal. Ayer el conocimiento y la inteligencia se abarataron.
Los Estados Unidos perdieron ayer más que dinero en el mercado NASDAQ: despertaron a una nueva realidad tecnológica. Bloomberg, CNBC, el Wall Street Journal y toda la prensa norteamericana no salían de la sorpresa. Todos los comentaristas y expertos en Youtube, también.
Fue un golpe seco.
