Lupe García Ramírez no conoció la llegada de los Santos Reyes, pero quiere brindar alegría a los pequeños a través de sus títeres: Elmo, Animal Rojo, Tito y Chuletita, que los hace moverse al ritmo de música infantil y les da vida con sus manos.
Abrazó este oficio hace casi una década, cuando su salud se vino abajo y abandonó su fuente de ingresos como carpintero, actividad que aprendió a ‘tablazos’, cuando solicitaban uno en la Zapatería 3 Hermanos.
Ahora desarrolla su actividad precisamente a un lado de dicha tienda de calzado, en la zona peatonal 5 Mayo y Madero, frente al Hotel León y la Villa Navideña 2025.
García Ramírez vive en la colonia Las Joyas desde hace más de 20 años.
“En el tiempo que llegué a la zona, allá por el Cerro Gordo, estaba todo pelón. Lo barato eran las rentas, pensaba regresar a Guadalajara o México, y me quedé aquí”.
Aclara durante el diálogo con AM, que es originario del DF, hoy Ciudad de México, “pero la verdad, yo me siento leonés, aquí hice mi vida, me casé y tengo familia, qué más puedo pedirle a la vida”.
Don Lupe le ha atorado a todos los trabajos. “A los catorce fui ayudante de albañil, es decir peón. Luego ‘office boy’, después un señor me invitó de ayudante de tapicero, lo malo es que no me pagaba…entonces corrí”, recuerda.
Allí aprendió lo básico de este oficio, cuenta y agrega: “luego me fui a Guadalajara y duré 4 años de bolero en la Central Camionera. Después agarré rumbo a Celaya e Irapuato y allí vendí cajeta y fresas. Había que sacar para comer”.

Lupe García Ramírez se consideró un trotamundo de su niñez a su juventud. “Se me ocurrió venir de visita y me quedé, aquí. ¡En León soy feliz!”.
En lo que platica le echa ojo a sus mascotas: dos gatos y un perrito. Las felinas son Pin Pon y Pelusa, y al can lo llama Churro.
Bien coordinados se alternan para meterse a la maleta, ello causa curiosidad en niños y adultos. “Son mis eternos acompañantes, los quiero mucho”, dice.
Su escenario es la vidriera de Calzado 3 Hermanos y parte de la pared del cajero automático de BanBajío. Sus instrumentos de trabajo: un miniubenjú, un pequeño xilófono, una guitarra y la mitad de un pandero.
A su manera se acomoda los instrumentos y su cuerpo da rienda a la función. En una USB trae canciones infantiles de Cri Cri, Tatiana, Cepillín, que atraen al público y bondadosamente cooperan con unas monedas.
Don Lupe se Instala de viernes a domingo y agradeció que el Municipio le permita trabajar, además que le regaló el permiso de ley.
Así con los instrumentos, la USB, una diadema para cantar y su cuerpo, forma la orquesta de la alegría para su público. Y aunque tiene nostalgias, prefiere “dar felicidad a los pequeños, que son los más grande del mundo”.
