México.- Hace más de 10 años, en San Miguel de Allende se reconoció a este querido actor como uno de sus hijos predilectos y que evocó las primeras proyecciones turísticas de este municipio no sólo en México sino al mundo.
El Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), realizó un homenaje a ‘su hijo predilecto’ en 2014, pues no sólo filmó algunas de sus más exitosas películas, sino que también ubicó sus casas de descanso, hoteles, ranchos en este lugar de Guanajuato, declarándolo un lugar apacible y de descanso debido a sus aguas termales, paisajes y tranquilidad.
Mario Moreno Cantinflas recibió la invitación por parte del sanmiguelense, Pedro Vargas a visitar este lugar, que capturó su atención y cariño.

Debido a que pasó mucho tiempo de vacaciones y descanso, es considerado uno de los precursores en transformar a San Miguel de Allende como uno de los puntos turísticos con mayor magnetismo internacional del país, la magia del lugar creció tras filmar la película “El Padrecito” a principios de la década de los 60s.
Mucho antes, Cantinflas giró su visión a Guanajuato capital, donde filmó “El Analfabeto” en 1961.
Se dice que en varias ocasiones, llevó amigos y algunos colegas extranjeros a sus casas de descanso, y poco a poco la fama de San Miguel como un lugar apacible llegó a sus oídos, entre los años 40s los primeros visitantes habían llegado y de a poco, creció el número de habitantes de otras nacionalidades.
Ahora, las propiedades del ‘Mimo de México’ son en parte museos y guardan el recuerdo de muchas reuniones de Cantinflas.
CYPS
