Con el nivel de temperatura cada día más alto, las personas buscan tomar algo refrescante que sea económico y se pueda disfrutar en cualquier parte, una gran opción son las paletas y “bolis” que se venden en los tradicionales carritos de paletas.
Don José Ornelas Martínez es un hombre de 65 años que ha vendido paletas y “bolis” durante 26 años, junto a su carrito recorre la ciudad buscando clientes que disfruten de estos productos que para muchos son ya tradicionales.
“Empecé a vender cuando un amigo me dijo que trabajara con él, antes se vendía bastante bien, ya ha bajado demasiado”, comentó.
Todos los días don José camina desde su casa, ubicada en el fraccionamiento Expo Fresas hasta la calle Lerdo de Tejada, donde se encuentra la paletería “Lupita”, en la que surte el producto.
Los trayectos los recorre caminando junto al carrito de paletas que le prestan en la paletería, él tiene ya ubicados los lugares donde se vende más, y es común verlo los sábados en el campo de futbol de la fábrica Mar Bran así como afuera de los panteones, donde ya tiene clientes frecuentes.
“Hay otros paleteros que dan las galletas a 10 pesos, yo las doy a 8 porque simplemente la venta está muy baja”, dice don José quien mantiene sus precios bajos, para que no se le vayan los clientes, su trabajo es de tiempo completo, 7 días a la semana y en cualquier temporada del año.
Don José se ha dedicado a vender alimentos toda su vida. Tortas, ostiones, fruta, además de vísceras y sombreros para los espectadores de los campos de futbol, pero su mejor trabajo sin duda ha sido comercializar paletas.
Con nostalgia recuerda que en años anteriores sus paletas eran productos muy buscados, y dice que cada día se está perdiendo la tradición, una que le ayudó a sacar a adelante a su familia.
En la actualidad se comercializan otros productos de forma similar, lo que provoca que se disminuyan sus ventas y que la cantidad del producto que regresan al final del día, porque no se vendió sea mayor.
Como José Onelas Martínez hay aún muchas personas que se dedican a vender paletas en carrito, él espera hacerlo “hasta que Dios le dé licencia”.