El comandante Hugo Chávez perdió la última batalla: contra el cáncer.

Tras 14 años en el poder, el Presidente venezolano murió ayer a las 4:25 de la tarde, anunció su heredero político y vicepresidente Nicolás Maduro.

“Murió después de batallar duramente con una enfermedad durante casi dos años, con el amor del pueblo, con la lealtad más absoluta de sus compañeros de lucha y con el amor de todos sus familiares”, proclamó Maduro flanqueado por varios ministros del Gabinete .   

Tras el anuncio y con el fervor que se le tiene a un santo milagroso, miles de personas lloraban la muerte de Chávez, mientras que los mandatarios de diferentes países, principalmente sus aliados como Bolivia, Ecuador, Argentina, y en especial Cuba, lamentaban el vacío de liderazgo que deja en la región.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, confesó, con la voz entrecortada y al borde de las lágrimas, sentirse destrozado con la noticia.

El presidente estadounidense, Barack Obama, se limitó a expresar en un comunicado su apoyo al pueblo de Venezuela y su interés por desarrollar una relación constructiva con el Gobierno de ese País. 

Horas después, el canciller Elías Jaua, compareció en televisión para anunciar que Maduro  -presuntamente nombrado por Chávez como su sucesor- asume temporalmente la conducción del Gobierno y deberá convocar a elecciones presidenciales extraordinarias en 30 días, en las que se espera que él mismo sea también candidato. 

Junto a Maduro y Jaua, destacó la ausencia del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien por separado emitió un mensaje de duelo acompañado de legisladores. 

 De acuerdo con la Constitución venezolana, tras la muerte de un Presidente electo es el presidente de la Asamblea quien asume el poder. Si el que muere es un Presidente en funciones, el interinato corresponde al Vicepresidente.

Tras la noticia, las inmediaciones del hospital y las plazas Bolívar de todo el País fueron tomadas por seguidores del Mandatario, que se reunieron arrastrados por el llanto y el desconsuelo para expresar su pesar por la muerte de Chávez. Al cierre de esta edición, no se percibían en Caracas unidades militares desplegadas en las calles. 

¿Y ahora quién?

La muerte del presidente Hugo Chávez abre el debate sobre quién llevará la batuta política de América Latina a partir de ahora y cómo evolucionarán las iniciativas que impulsó a lo largo de su mandato.

Juan Carlos Hidalgo, analista de políticas públicas en el Centro para la Libertad y Prosperidad Global (Cato Institute), con sede en Washington, opina que, si bien el liderazgo de Chávez es irreemplazable, su desaparición de la escena política regional abre espacios para que otros dirigentes replanteen la agenda de prioridades de América Latina.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, encabezan la lista de posibilidades.

Hidalgo advierte que Brasil delegó en Chávez la conducción de los debates interamericanos en los últimos 10 años, por lo cual Rousseff tiene ahora la posibilidad de recobrar influencia en la región.

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