Lo que hoy por hoy ocurre con y en el Comité de la Feria en esta ciudad leonesa, pone de manifiesto dos cuestiones importantes: 

Una, que para el ejercicio de las acciones de tal entidad no hay reglas claras y menos firmes, motivo por el cual quienes manejan ahora ese organismo, proceden libérrimamente.

Falta reglamento que les impida hacer convenios, realizar acuerdos que pueden ser a la luz o en lo oscurito, para beneficiar a empresas  o personas de su contentillo.

Lo de los procesos a efecto de concesionar el estacionamiento abre un espacio a la duda, pero además, muestra que hay ausencia de una normativa que obligue, a quienes ejercen funciones  allí, a cumplir reglas claras, libres de toda duda.

Qué puede o no ejecutar ese Comité, tal parece que es a voluntad de quien lo dirige.

El ejecutivo o presidente debiera sujetarse a renglones nada torcidos o sea bien definidos, y como no ocurre de tal manera él hace lo que puede, quiere o se le ocurre, sin entender, o mostrar el menor rubor.

Los miembros de tal Patronato, si son responsables, conocen los vacíos decisorios y cuando perciben que hay rendijas para repartir beneficios a conveniencia, debieran promover reformas reglamentarias que reflejen total apego en forma y fondo, a la honestidad porque, entendámoslo bien y que quede claro: ser honesto no es únicamente no hurtar, ni permitir que se robe, sino también cumplir con la exigencia de que nadie se salga, y menos los principales ejecutivos, de la ley. La complicidad tambien es un delito.

Y lo peor, en este asunto del Patronato de la Feria que se encamina a permitir o propiciar negocios muy rentables, es que el Honorable Ayuntamiento hace como que la Virgen le habla. No sabe nada del asunto.

Hay en el patronato representantes que fueron nombrados por la Presidencia Municipal o si se quiere decir sugeridos, que debieran vigilar los pulcros manejos en ese organismo; pero ocurre que no participan a plenitud y menos con conciencia de servicio, o simplemente disfrutan de su nominación por formalidad o porque los y las reviste.

Lo anterior queda evidenciado cuando no reclaman, piden o exigen a su presidente el planteamiento de proyectos de toda naturaleza, incluido por supuesto el de concesionar ahora y ya, el estacionamiento.

Y lo de mayor gravedad en este asunto que despierta dudas y hasta sospechas, es que en ese Comité de la Feria, hay una persona directa del Honorable. El Síndico Primero está allí.

En este caso, se evidencia, actúa como convidado de piedra a grado que cuando le preguntaron del ríspido asunto, contestó campanudamenete que no estaba enterado. Si él no conoce la O por lo redondo, su jefa y sus colegas que nos deben gobernar, menos.

Queda claro que lo imperativo es que esos patronatos (Sapal incluido) exigen en sí una seria y profunda revisión para evitar que se manejen al buen tun tun, con voluntarismo sospechoso o ambición manifiesta.

Alguien, de cierto rango gubernamental, en un oportunismo declarativo que hizo y sigue haciendo mucho daño, dijo, sin entender lo que decía, que esos organismos eran “autónomos”. La descentralización no es para que obren a su antojo, sin normativa y menos ayunos del control que, en última instancia debe ejercer el Honorable.

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