Carlos Loret de Mola es hijo de Rafael Loret de Mola y nieto de Don Carlos Loret de Mola Mediz. Su salida de Televisa a principio de sexenio lo llevó a fundar un nuevo medio llamado LatinUS. Hoy es el crítico más importante del sexenio. En compañía de Brozo, el payaso, forman una mancuerna de comunicadores enterados, críticos y adversarios del presidente López Obrador.
Si vemos su ascendencia, el abuelo tuvo un corto paso por León en la década de los 80. Para entonces el periodista había sido un destacado reportero del periódico El Diario de Yucatán y gobernador del mismo estado por el PRI de 1970 a 1976. Era un hombre culto, ameno y apasionado de los viajes y los toros.
Alvaro López Castro tuvo la idea de replicar el éxito del Diario de Yucatán en León. Y nada mejor que contratar y asociarse con Don Carlos Loret de Mola, quien gozaba de prestigio en su estado. Convencería a don Carlos Menéndez, director del Diario de Yucatán en facilitar el modelo, el diseño y hasta la tipografía para “El Diario de León”. En ese entonces Loret de Mola Mediz escribía tres días a la semana los editoriales del periódico Excélsior, el más importante de los 80.
López Castro, dueño del Hotel León, La Estancia y otras empresas, participó con el capital y Don Carlos organizó la redacción y la producción. Sería el cuarto periódico local. Sin saberlo, pude aprender mucho del periodista y escritor de libros críticos del sistema.
Un 19 de enero de 1981, hubo una balacera en el palenque de la Feria. Nicolás Rico, un ex policía, había asesinado a un gallero del sur del estado. El primer escándalo policiaco fuerte que cubriría AM. El Diario de León publicó en portada la nota (así debió ser), y aunque no tenía fotografías del hecho, dibujaron un gallo empistolado.
En aquel entonces AM era demasiado tímido. Nuestra primera página decía: “Llega Reagan; los rehenes se van”. Una nota internacional que no tenía mayor relevancia para la localidad. Publicamos en la sección de policía el crimen. Tanto El Diario como nosotros aumentamos la circulación. Los otros periódicos no publicaron la noticia. El oficio periodístico de Don Carlos nos había dado una lección.
López Castro se cansó de seguir con el proyecto porque no le había redituado frutos económicos y los beneficios políticos no habían llegado como esperaba. Así que partió camino y vendió El Diario de León a Felipe Pablo Martínez y a Carlos Medina. Ellos lo modernizaron con el nombre de periódico “Contacto”.
Rafael Loret de Mola, su hijo y a quien apodaba “El cachorro”, tenía la misma vocación periodística y de escritor. Para no perder el hilo de la publicación, nos pidió que le imprimiéramos una edición para Irapuato. Aguerrido, comenzó a criticar el gobierno de Enrique Velasco Ibarra a quien llamaba “El pequeño gobernador”. Su estilo le dio buena cantidad de lectores pero al final sucumbió a la crisis económica y a la falta de recursos.
Los libros del abuelo Loret de Mola eran buenos. Críticas fundadas a los presidentes José López Portillo y Miguel de la Madrid. Enfrentado al sistema y con el apoyo de Excélsior publicaba excelentes artículos editoriales. Sabía que gustaba y disgustaba a De la Madrid y sus funcionarios.
El 7 de febrero de 1986, Don Carlos falleció en un accidente en una carretera de Guerrero. Lo habían detenido antes unos militares. Cuando lo encontraron no tenía su identificación que siempre portaba. Lo declararon un “accidente” pero su hijo Rafael siempre creyó que había sido un atentado del sistema, un crimen de estado. Don Carlos tenía 64 años. (Continuará)
