Esto, hasta hace muy poco tiempo parecía algo impensable. Era inimaginable, inconcebible que el Conalep pudiera presentar en su esquema educativo un programa destinado al cine. Esto es, sin duda alguna, un gran paso hacia la profesionalización de todas la áreas de la industria de la producción cinematográfica.
El pasado jueves 5 de agosto del presente año, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) hizo público el anuncio sobre la firma de un convenio de colaboración pedagógica con el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), con el objetivo de profesionalizar el cine a través de cinco carreras técnicas, a partir del 2022.
Esta acción debe reconocerse como uno de los máximos logros históricos de la AMACC, hoy presidida por Mónica Lozano. La Academia Mexicana de Cine, rompe arcaicos moldes respecto a la formación profesional cinematográfica. Es plausible que esté sucediendo esto.
Las cinco carreras técnicas de cine y audiovisual que se ofrecerán en el Conalep son: vestuario; utilería y decoración; construcción y montaje; montaje de iluminación; tramoya para cine y audiovisual. Es sumamente alentador saber que por fin esas áreas tan importantes para la producción de cine, estarán encaminadas a profesionalizarse.
Al momento de enterarme de esta gran noticia, también observaba en redes sociales, una cantidad importante de publicaciones despectivas sobre el Conalep. En los últimos años, esa institución educativa ha sido blanco de burlas, comentarios denigrantes. Distintos personajes de diferentes medios de comunicación, recurren continuamente a denostar al Conalep con frases ciertamente racistas.
¿Ustedes ha conocido a personas egresadas de esa institución? Yo sí, y debo decir que son auténticos profesionales en sus respectivas áreas de desempeño. El Conalep, desde su fundación a finales de los años setenta, se significó como una alternativa educativa en el nivel medio superior. Apostando por la formación de técnicos orientados a diferentes campos de acción.
Lo más loable de esto, es, desde mi punto de vista, la democratización de la enseñanza cinematográfica. Esta, históricamente ligada en nuestro país a temas clasistas, elitistas y muchas veces discriminatorios. El acceso a la profesionalización cinematográfica dejará de ser para las clases privilegiadas.
Espero que un futuro cercano, instituciones públicas de educación superior, incluyan carreras que permitan dar continuidad a lo que ya presentan de forma conjunta la Academia Mexicana de Cine y el Conalep. Se agradece la visión de las y los integrantes de la Academia que han tenido la visión para concretar esto.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
