Siente días del mes de julio habían transcurrido cuando ya se habían reportado diferentes actos de violencia contra la comunidad LGBT+, al parecer tanto brillo y gritos de libertad perturbaron a los homofóbicos, descerebrados y cobardes que hay en la sociedad, aquellos que no saben respetar la libertad y la identidad de los otros, porque posiblemente viven reprimiéndose y su coraje consigo mismos le ha hecho tomar como víctimas a otros, en lugar de ser valientes y asumir quienes son.

Es indignante que la vida de otras personas sea arrebatada por ser distintos o porque la gente a penas note que hay algo “diferente”, pues afirmar la orientación sexual de una persona sólo por su apariencia es discriminador, ofensivo y absurdo. Hay que saber mucho de maricones para saber como luce uno, quizá por ello quienes usan palabras como esa o el fastidioso “puto” la gritan con tanta seguridad cuando ven a alguien en la calle. Samuel era un joven enfermero de 24 años que iba de regreso del antro con una de sus amigas, ambos estaban en una videollamada con otra chica, en ese momento pasó el atacante de Samuel, que iba con su novia, el tipo homófobo creyó que los estaban grabando y le gritó: “O PARAS DE GRABAR, O TE MATO, MARICÓN”. Samuel y su amiga apenas estaban intentando explicarle que estaban en una videollamada cuando el tipo le soltó el primer golpe, la amiga de Samuel intentaba detenerlo, pero no pudo. Otro sujeto detuvo al atacante, quien se fue, pero pronto regresó con doce hombres más, quienes molieron a golpes a Samuel mientras gritaban: “MARICÓN DE MIERDA”, quien no soportó el ataque y murió de camino al hospital.

Enfatizo los insultos que usaron mientras lo mataban porque como se leía en la protesta que hubo en España por la muerte de Samuel: “lo que te gritan mientras te matan, importa”. Las autoridades locales de Coruña dijeron que el acto no era de homofobia, a pesar de las pruebas y testigos que respaldan los hechos. En España ha habido más ataques e intentos de intimidación por parte de personas radicales conservadoras, que sin tapujos expresan su intolerancia hacia las personas LGBT+, buscándolas atacar en la vía pública, incluso se ha hecho viral el extracto de un podcast donde un grupo de jóvenes hablan sobre “agarrar a puñetazos a maricones”, con un alto tono de satisfacción en sus voces. El peligro es latente y muchos creen que ser homosexual ya no es un peligro.

Casi a la par pero en México, en Tijuana encontraron a una mujer trans calcinada en su propio departamento, la mujer se llamaba Kendra. Por el incendio que sucedía en ese domicilio llegaron bomberos quienes descubrieron amarrado y violentado el cuerpo de Kendra, quien además había muerto en las llamas. En Ciudad de México asesinaron a Ivonne, quien era estilista y fue encontrada en su negocio por su hermana, hallándola amarrada, asfixiada y muerta. La camioneta de la cual era dueña Ivonne, había sido robada y posteriormente encontrada en manos de un hombre y una mujer, hoy detenidos por el probable transfeminicidio de Ivonne.

Un mes de activismo y celebración no remedian los 11 meses de abusos, discriminación, acoso, violencia e incluso muerte que provoca la intolerancia de otros. Ser lesbiana, trans, gay, bisexual, queer, etcétera no debería darle razón a nadie de atentar contra tu vida, porque no es algo que se elige y menos se debe tener miedo por vivir de esa manera. No hay pasos hacia atrás, la comunidad de la diversidad sexual no se quedará callada ante otra vida perdida por estas causas (especialmente), se marchará el doble si es necesario, se protestará hasta el cansancio pero nadie más nos volverá a meter al closet y mucho menos al ataúd.

ACLARACIÓN                                                   
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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