Durante los últimos meses, compartimos en esta columna, cifras y datos, respecto del aprovechamiento escolar en pandemia, así como las encuestas que la propia autoridad educativa publicó.

Fuimos insistentes que el regreso a clases presenciales era, es y seguirá siendo, una necesidad urgente, pues no sólo 6 millones de estudiantes (entre los 3 y 29 años), ya no se inscribieron para el ciclo escolar 2020 2021, sino que muchos más aún están valorando el abandono, inclusive definitivo, de sus estudios.

Además, el aprendizaje, en muchos casos, dejó mayores inseguridades al alumnado y a sus padres, que la tranquilidad de la impartición de la educación en el salón o las prácticas, que se hacen en laboratorios desde el nivel secundaria hasta los posgrados.

Muchos jóvenes cuyo sueño era el de estudiar, en un intercambio académico, tanto en el extranjero, como dentro del país, se vio frustrado y por tanto planes y proyectos soñados con años de anticipación.

En pocas palabras, la educación sufrió un descalabro, tanto la pública como la privada, y con esto, la desesperación de muchos padres de familia, al sentir una carga en todos los sentidos, al no ver a sus vástagos asistir a su respectiva escuela.

Sumemos que, en la mayoría de los casos, las madres de familia se han hecho cargo de la educación y acompañamiento del aprendizaje de sus hijos y, además, varias de ellas, son el sostén económico de su casa, lo que implica un conflicto al no poder trabajar para llevar los alimentos al hogar e instruir en los distintos niveles escolares, al mismo tiempo a sus hijos.

El plan, en un principio, por parte del gobierno federal, fue inteligente, pues vacunar a maestras y maestros de todos los niveles educativos, pondría a las instituciones de educación, en la posibilidad de ofrecer sus servicios, con un riesgo mínimo de contagios graves.

Lo que olvidó la administración federal fue la congruencia con el discurso “del alumno al centro”, es decir, como el objeto y motivante de la educación, pues ningún estudiante, en su calidad de educando, fue inoculado y con esto, lejos de lograr su protección, en una decisión “urgente” y poco entendible, se instruyó el regreso a clases a partir del 7 de junio pasado.

No transcurrió ni una semana, cuando dos medios de comunicación impresos de carácter nacional, dieron la noticia de dos contagios en escuelas secundarias de la Ciudad de México, lo que no necesariamente significaría que se infectaron por asistir a la escuela, pero que antes de la prueba, eran, según los datos que nos han brindado los expertos, fuente de contagio, dentro de los primeros 5 días, antes de los síntomas.

Esto nos deja una lección importante, más allá de la decisión de las autoridades, que deberían ser precavidas y pensar cerrar el ciclo en educación básica (dos semanas y media aproximadamente) de manera virtual y planificar de manera global el regreso presencial en aulas.

Es decir, pensar en los horarios de transporte, la movilidad urbana en horas pico, la conciencia social sobre el cuidado de la comunidad estudiantil desde antes de salir de casa, durante el trayecto a la escuela, el regreso a casa y la convivencia dentro del hogar.

Muchas instalaciones requieren inversión en infraestructura y se ha anunciado con bombo y platillo la asignación de miles de millones de pesos, el pequeño detalle es que, a la fecha no ha llegado a casi todo el país la inversión anunciada y no se requiere solo el dinero, sino su aplicación.

Son muchos los aspectos que la autoridad debe resolver primero y los padres deben ser conscientes de que el regreso no puede ser abrupto, por mucha prisa que se tenga; faltando dos meses y medio para el inicio del ciclo 2021 2022, estamos a tiempo de actuar, de otra manera, nos veremos a finales de agosto próximo, haciendo los mismos comentarios.

  • Fb: Arturo Gb / Arturo Gil Borja
  • Tw: @arturogilb

Por hoy me despido, esperando tus comentarios.

Hasta la próxima.

ACLARACIÓN                                                    
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *