Muchos temas han salido a relucir, como resultado de más de un año de aislamiento en todo el mundo. Obvio, el que más ha llamado la atención, ha sido el relacionado con la salud, no obstante, los efectos son múltiples.
Hemos abordado temas relacionados con los enfermos y muertos, los efectos colaterales en la salud, el incremento exponencial de la violencia dentro de los hogares y en especial en contra de mujeres y niños.
No olvidamos, las grandes pérdidas económicas de cientos de miles de empresas en todo el planeta, inclusive hemos sido testigos, de cómo el clima mejoró en muchos lugares, gracias a que grandes empresas pararon labores y, aunque sea por algunas semanas o meses dejaron de emitir sustancias contaminantes.
El problema es que la salud, obligó a la economía a modificar sus tendencias, sin que las tasas de natalidad disminuyeran o que los más de 3 millones y medio de decesos en el planeta, redujeran de manera significativa el número de seres humanos en la tierra, pues recordemos que somos más de 7 mil millones de habitantes.
La realidad es que todas las economías se contrajeron, y la consecuencia fue directamente proporcional en el empleo, pues quien no perdió su fuente de trabajo, en muchos casos, vio reducida su jornada y su ingreso.
Las nuevas ofertas de empleo escasearon y aunque “no hay mal que dure 100 años”, también lo es el que México ya venía con una crisis desde el año 2019, en el que el crecimiento, según cifras oficiales, fue del cero por ciento, sin embargo, se preveía el inicio del desarrollo económico para el 2020.
Ningún proceso social, de salud o económico tiene una velocidad exagerada en su recuperación, y la misma depende de muchos factores, por lo que la recuperación, no crecimiento, de la economía y la confianza en el gasto (circulación del dinero), el controlar al cien por ciento la pandemia y regresar a nuestras vidas, con las actividades habituales, no se verá hasta dentro de un año y medio o quizá dos.
La falta de consumo, conllevó la disminución en la producción de bienes y por tanto el sector de servicios se vio de igual manera afectado, obligando, como ya citamos, al recorte de fuentes de empleo y disminución de sueldos.
Distintas personas me preguntaban sí era “legal” la disminución de sueldos y salarios, a lo que respondí siempre que, con fundamentos legales, todo era factible, pero sobre todo, materialmente, no se podía obtener un ingreso, donde la riqueza no circula.
Hoy, sea por necesidad económica o por abuso de alguno que otro patrón, la realidad es que muchas personas, no sólo en México, sino en todo el mundo, han pagado menor salario, exigiendo mayor rendimiento, sin importar incluso, si rebasan el horario laboral.
Son tiempos complejos y hoy la economía nos ata a todos a sufrir, junto con la crisis de salud, una crisis en el respeto a los derechos laborales, lo que obligará, con el tiempo, a una mayor supervisión, y gradualmente recuperar empleos, ingresos y, sobre todo, recuperar el respeto a los derechos laborales; mientras, será complejo para la clase trabajadora, encontrar justicia y certidumbre.
- Fb: Arturo Gb / Arturo Gil Borja
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Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
