Los diversos actores políticos a lo largo de la historia se han distinguido ante sus electores por manifestar las causas que los motivan (se supone) a dar lo mejor de ellos en el servicio público para lograr grandes resultados en un municipio, estado o país.

Durante mucho tiempo, los temas referentes al campo fueron encausados como propuestas de campaña, y los candidatos en turno manifestaban su apoyo, respaldo y compromiso para ser llevados a los congresos locales o federales. Temas como la niñez, la educación, personas indígenas entre otros, también se fueron posicionando dentro de las agendas políticas.

Es evidente que los tiempos cambian y la forma de hacer política también y dentro de lo más evidente, no podemos dejar de mencionar que aunque los discursos políticos en estos momentos tendrían que ser más exigentes por parte de la ciudadanía, lo cierto es que la preparación a la que se ven sometidos actualmente los candidatos para llegar a su electorado, se queda muy lejana de lo que realmente debería de ser.

De forma más reciente hemos sido testigos de cómo las causas de las mujeres, los jóvenes, las personas con discapacidad se hacen más latentes en las propuestas de los candidatos, sin embargo, ¿Qué sucede entre la causa, el discurso y la acción? Y lo cierto es que si bien, escoger una causa no es algo tan fácil como parece, resulta aún más complejo en este momento que a través del discurso que permean los candidatos, el electorado se sienta realmente identificado con un personaje que aspira a dirigir un espacio de toma de decisiones y si a esto le sumamos que no existe un plan de acción que explique ¿De qué forma la causa se va a cumplir?, mucho menos podríamos esperar que dominen temas acorde a los grupos sociales que pueden representar; comerciantes, mujeres, jóvenes, empresarios, etc.

Actualmente existe una tarea muy importante no solo por los que aspiran y suspiran por un espacio de elección popular, también existe una gran responsabilidad a adquirir por parte de la ciudadanía ya que en la forma del pedir está el dar y por lo tanto esto se puede ver reflejado en acciones que beneficien de manera correcta a los grupos más vulnerables, partiendo de una causa real, con un discurso correcto y un plan de acción eficaz para ir construyendo el México que todos queremos.

 

ACLARACIÓN                                                     
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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