Desde el 7 de abril, Alondra Zamudio pidió ayuda para localizar a su novia Verónica Fonseca, a la cual su familia la había internado en un centro de rehabilitación. Vero no era alcohólica o drogadicta, sólo es lesbiana y para sus padres eso era motivo de ingresarla a un anexo.
A través de la difusión en redes sociales Alondra logró que se iniciará una búsqueda, pues Verónica pasó de estar en Colima a aparecer en Jalisco, en un centro de rehabilitación es donde decían “corregir” la homosexualidad. La localización se logró gracias a la Comisión de Búsqueda de Jalisco, quien después de lograr el rescate de Verónica, fue dirigida a la Dirección de Diversidad Sexual de Jalisco para poderla trasladar con alguien de su confianza.
El lugar en donde tenían a Verónica practicaban ECOSIG: esfuerzos para corregir la orientación sexual y la identidad de género, prácticas poco éticas que vulneran y violentan a las personas de manera física y psicológica, llegando incluso a la violación. Dichas prácticas son disfrazadas de tratamientos psicológicos, los cuales ya fueron prohibidos en CDMX y Estado de México.
El amor no puede ser usado de justificación para arrebatarle la libertad y la dignidad a una persona sólo por amar diferente. Las familias que llegan a internar de manera obligatoria o bajo chantajes a sus familiares que son homosexuales, transexuales o querer, cometen un grave error.
La homosexualidad no es una adicción, no es una depravación, es una orientación sexual que forma parte de las características e identidad de las personas, no debe ser corregida porque es tan absurdo como querer corregir el color de la piel de alguien. Amemos y protejamos la dignidad de todos.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
