Bienvenidos mis queridos lectores a un número más de esta su columna de confianza, el día de hoy y tras ver la semana de ensueño del Real Madrid, me dispongo a escribir del que para mí ha sido el principal artífice del éxito obtenido, que no puede ser otro que Zinedine Zidane. 

A nadie se le escapa que en su corta carrera “Zizou” está posicionado como uno de los entrenadores más ganadores y exitosos de la última década, comparado solo con la irrupción de Pep Guardiola con el mítico Barcelona del 2008. 

Desde su llegada al banquillo del Real Madrid, el técnico galo ha cosechado un total de 11 títulos entre los que destacan 3 Champions League de manera consecutiva y dos ligas domésticas. A pesar de su evidente éxito, aficionados y prensa siempre han puesto en entre dicho su valía como estratega, o por lo menos hasta ahora. 

En enero de 2016 cuando tomó las riendas del conjunto blanco en su primera etapa, muchos menospreciaron el trabajo del francés para la consecución de su primera copa europea pues el vestuario contaba “con estrellas que cargaban el peso del equipo”, mientras que el nacido en Marsella solo era el técnico interino que sería sustituido por alguien de “mayor calidad”. Aquél Madrid aún era liderado por Cristiano Ronaldo. 

Para la segunda y tercera copa con las que lograrían el histórico triplete, la sombra de CR7 seguía opacando la figura del Zidane, que al término de la campaña 2017-2018 había sido nombrado por la FIFA como el mejor entrenador del año. En julio de 2018 “el comandante” anunciaría su salida del club tras casi una década defendiendo la casaca merengue; curiosamente, esa misma temporada el campeón del mundo en Francia 98 también daba por concluida su etapa en Valdebebas.

Tras 284 días Zizou llegó de nuevo como bombero al club tras el ineficiente paso de Santiago Solari. El hijo pródigo inició su segunda etapa el 11 de marzo de 2019. 

Para la temporada 2019-2020 y ya sin grandes figuras en la platilla, el galo logró ganar la Liga repartiendo la cuota goleadora que en antaño era obra de Cristiano y consagrando una defensa poderosa ya sin Marcelo como titular (que tan importante fue para su primera etapa). Tras la exitosa temporada, Jorge Valdano (histórico merengue) escribió: 

“En su arriesgado regreso al club, se encontró una plantilla con otra relación de fuerzas y, después de una difícil travesía, comprometió al equipo para un reparto más democrático del gol (21 jugadores marcaron en esta triunfal Liga) y para defender la propia portería como un solo hombre (solo 23 goles en contra). Llegados a este punto, es hora de reconocer que Zidane es el mejor entrenador posible para cualquier Real Madrid.

Hoy las palabras de Valdano resuenan, “Zidane es el mejor entrenador posible para cualquier Real Madrid”, porque cuando la casa blanca estuvo atestada de galácticos, Zidane lanzó los reflectores hacia ellos, gestionando que cada uno tuviera su foco. Y hoy, teniendo a este Real Madrid huérfano de estrellas y desquebrajado por las lesiones y los contagios, el francés ha dado la cara, y más que eso, ha demostrado que con o sin los titulares, el equipo juega, compite y gana. 

En siete días los merengues lograron clasificar a las semifinales de Champions, ganar el clásico español, ponerse segundos de la tabla y estar a un punto del máximo rival de la zona. Nadie podrá negarlo, Zidane es un estratega excepcional, un magnífico gestor de vestuario y, sobre todo, la media naranja de un proyecto llamado Real Madrid.

¡Hasta la próxima! 

ACLARACIÓN                                                     
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *