George Orwell, es uno de los escritores que más influido en la generación de relatos literarios distópicos. Orwell publicó en 1950 su novela “1984”. Su texto, ubicado en el amplio universo de la ciencia ficción, de a poco ha presentado focos premonitorios en el devenir del desarrollo de la humanidad.
La ciencia ficción cinematográfica no ajena a la influencia orwelliana. A partir de los años 70, muchos han sido los guiones que tuvieron como inspiración la narrativa distópica de Orwell. Incluida la adaptación de título homónimo, estrenada en 1984; dirigida por Michael Radford.
El presente que nos toca vivir, se muestra cada vez más cercano a los escenarios planteados por algunos autores de ciencia ficción. Algunos instantes de nuestro día a día, poseen tintes orwellianos. Hoy, estamos presenciando, desde la más fría de las realidades, un escalón evolutivo en el camino hacia una nueva sociedad.
¿Qué es lo nuevo? Todo. Comenzamos el año pasado, con llamada “nueva normalidad”, propiciada por el marco sanitario de la pandemia sin fin. Esta etapa ha propiciado una crisis global, similar a la crisis que enfrentaron varios países después de la Segunda Guerra Mundial. La recuperación política, social y económica del mundo, sellará el inicio de una nueva etapa para la humanidad.
De los relatos cinematográficos influidos por Orwell, me parece que el mejor retrato de aquellos paisajes distópicos, fue hecho por George Lucas; con su película THX 1138. Es el primer largometraje de Lucas, estrenado con poco éxito comercial en 1971.
La cinta, aborda la trama de una sociedad evolucionada en un mundo subterráneo, controlado por drogas, motivada por el consumo y un intenso volumen de trabajo individual. En THX 1138, la religión es un punto fundamental: Om, una imagen que controla y “observa” a cada ciudadano. Llama la atención la representación religiosa, se trata la pintura “Cristo da su bendición”, realizada por Hans Memling en 1478.
Esa primera película de George Lucas, propone el uso de herramientas tecnológicas habituales para nosotros. Elementos como la realidad virtual, empleo de hologramas y realidad aumentada, dotan a esta cinta hecha en 1969, de un sentido profético.
Películas como THX 1138, nos dicen que nuestro presente está cubierto de tintes orwellianos. Los estados cuasi totalitarios, la vigilancia masiva e individual por medio de dispositivos inteligentes, la aparición y uso de neolenguajes, etc., nos debieran obligar a poner en entredicho la aceptación de nuevos conceptos para la normalidad nuestras vidas en el presente y el futuro inmediato.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
