Cada 22 de febrero se recuerda al “apóstol de la democracia” Francisco I. Madero que junto con José María Pino Suárez cayeron abatidos por las balas que impactaron en sus cuerpos arteramente a manos del jefe de rurales Francisco Cecilio Cárdenas Sucilla.
Como un recordatorio de lo acontecido aquellos días cada gobierno post revolucionario celebra un homenaje a tan vil acontecimiento.
El gobierno de la cuarta transformación no es la excepción y justamente en plena ceremonia la esposa, compañera del primer mandatario Beatriz Gutiérrez Müller, coordinadora de la Memoria Historia y Cultural de México, leyó un fragmento del libro “La Revolución Mexicana. Mi contribución político-literaria” para criticar a la prensa mal agradecida con el régimen democrático maderista que había logrado tantas libertades al periodismo y que pareciera que la historia se repite bajo una prensa “fifí” y a favor de la derecha en el México actual.
“Ahora se puede afirmar que Madero no tuvo entonces enemigo más cruel, más despiadado, más infame, más perverso y vil en el grupo de periodistas que antes habían sido admiradores miserables o lacayos de la dictadura. Débiles, cobardes y serviles con quien los humillaba se tornaron altaneros e insolentes con quienes respetaban su vida y los dignificaban”
Pero& ¿Será cierta ésta cita tomada del libro “La Revolución Mexicana. Mi contribución político-literaria” de Federico González Garza? ¿Estos tiempos son semejantes a los vividos durante el gobierno maderista?
Analicemos:
El grado de cinismo del viejo gobierno porfirista era alarmante. Más de treinta años de dictadura habían corrompido la libertad de expresión y hacia 1910 a nadie sorprendía que, mes con mes, los periódicos enviaran sus recibos al gobierno para cobrar por sus servicios.
Con el triunfo de la revolución los “donativos” a los principales diarios del país fueron cancelados. El 8 de junio de 1911, El Diario informaba:
“Desde el día 1° del mes actual han quedado suprimidas las subvenciones que el gobierno tenía otorgadas a la prensa. Al presentar los directores de periódicos su recibo por la subvención de Mayo, se les notificó que no debían esperar seguir cobrando del nuevo gobierno ninguna cantidad de dinero en pago de su amistad”.
Era vergonzoso conocer las cantidades destinadas por el Tesoro Público para garantizar la lealtad de los periodistas al gobierno porfiriano. La subvención llegó a generar gastos anuales del orden de los cien mil pesos. El Imparcial -más porfirista que el propio Porfirio- recibía cuatro mil doscientos pesos; The Mexican Herald, publicado en inglés gozaba de mil cien pesos; El Tiempo y La Iberia cuatrocientos; otros más aceptaban de trescientos a ciento cincuenta pesos dependiendo del contenido de sus notas, los que menos recibían no trataban asuntos de orden político, simplemente aplaudían los fastuosos eventos de la sociedad porfiriana.
Tanto interés tenía el gobierno porfirista en mantener a la opinión pública de su lado, que hasta el embajador norteamericano en México, Henry Lane Wilson, recibía una tajada de parte del gobierno mexicano. El Diario concluía su información señalando sarcásticamente: “El público ahora puede apreciar lo que vale en efectivo, la opinión de esos periódicos, estimando con exactitud su conducta presente, ya sea que continúen su programa de adoración al sol que nace, o ya sea que se pongan a gruñir”.
Con la sana medida, Madero creyó que la prensa asumiría con responsabilidad su misión de informar, criticar y orientar a la ciudadanía dentro del nuevo régimen. Se equivocó. Mezquinamente, gran parte de los periódicos recibieron la noticia como una afrenta y más temprano que tarde le cobraron la factura al gobierno maderista.
Pareciera que la prensa “chayotera” está enarbolando una cruzada contra el actual gobierno ¿Continuará este periodismo ramplón y despiadado haciendo de las suyas? ¿El presidente AMLO pondrá un alto a esta falta de periodismo objetivo? ¿Qué crees que suceda?… Sí, yo también lo creo.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
