Un caballo cansado que ya no corre. Una milpa que dejó de producir, pura tierra seca. Esa es la imagen que deja la frase, diseñada en días pasados y seguramente repetida durante el año, de reactivar la vida económica en Hidalgo.

La pregunta es cómo animar algo que lejos de caminar, cojea o en el peor de los casos tropieza y cae de acuerdo a la moda que ordena cada administración estatal, ahora con la presión de una pandemia.

Reactivar es llenar de fuerza nuevamente. Volver a activar, poner en funcionamiento. Abrir puertas que estaban cerradas, que bajaron las cortinas, destruir cualquier obstáculo que cierra la entrada.

Es un respiro para los comerciantes del centro de Pachuca, quienes tuvieron que soportar las medidas más rígidas del gobierno, permanecer cerrados, mientras que en la periferia de la ciudad las prohibiciones se ablandaron hasta desaparecer.

Y ese modelo se replica para los 33 municipios considerados como zonas de riesgo epidemiológico donde aplicaron medidas restrictivas, pero en el resto del estado prevaleció y así sigue, el dejar hacer, el dejar pasar.

Jalar la cobija para descobijar. El Hoy no Circula por la contingencia sanitaria provoca que no se usen los carros particulares durante determinados días, y satura el transporte público y expone a los contagios. Así lo constata cualquier persona que viaja en colectiva.

Prohíben las fiestas y celebran con impunidad. Las vacunas contra COVID-19 solo para personal médico en una primera etapa, pero, qué creen, sobraron remanentes y ni modo de desperdiciarlos.

La pobreza en forma de vendedor de dulces, limpiaparabrisas y malabarista en las esquinas de las calles de esta ciudad, o cualquier otra. El dinero que no alcanza, como siempre o desde ahora. Y la otra pandemia de baja intensidad, robos y homicidios para tratar de sobrevivir.

Así, la anunciada reactivación económica es un riesgo de rebrote, volver a contagiarnos y enfermar a casi un año del primer caso de coronavirus en el estado y el cambio drástico de nuestra forma de vida.

Lo que viene, no es alentador: campañas proselitistas, candidatos, discursos, marchas, llamado a quedarse en casa, ir a la calle para lo más indispensable, pero también sal a votar y después llena la plaza pública para el festejo con sana distancia.

Estamos condenados a repetir errores en los próximos meses: rebrote, endurecimiento de prohibiciones, relajamiento, nuevos contagios, más medidas restrictivas&

 

ACLARACIÓN                                                    
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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