Estamos a punto de concluir un difícil año, es una época ambigua, llena de temor y esperanza. Ya suficientes problemas afrontábamos como sociedad al principio del 2020. Nadie esperaba padecer las consecuencias de una pandemia en pleno siglo XXI.

Ahora, con la Navidad, ritual de orden religioso cristiano-, que celebra la venida del que librará al mundo del mal, tenemos en coincidencia la llegada de la vacuna que nos puede salvar del mortífero virus, y con ello lograr el renacimiento de la vida después de la oscuridad impuesta por el entorno pandémico.

Una inoculación se significa como la esperanza del mundo en nuestro tiempo ante el temor de la propagación de un virus que avanza vorazmente sobre la faz de la tierra. Aunque para los diferentes sectores productivos no hay vacunación alguna para salvarlos de la inminente debacle.

El cine no es ajeno a la hecatombe que estamos presenciando. La actividad productiva ha disminuido considerablemente en todos los elementos que componen la cadena de negocio. Desde la realización, hasta la exhibición en salas comerciales.

Es triste asomarse por los locales que albergan a los cines, verlos oscuros, vacíos y abandonados. Es más triste saber que algunos espacios alternativos, ha cerrado definitivamente sus puertas. Y todavía es peor, saber que cientos de familias se quedan sin sustento alguno.

El ya muy próximo año, nos plantea un desafío mayúsculo. En la mayoría de los casos será del de encontrar una fuente de ingresos. La pandemia no solo vino a poner en riesgo nuestra salud física, también ha puesto en riesgo nuestra salud financiera.

El 2021 será un año lleno de retos. La palabra “recuperación” será un constante en el día a día. Para el cine no se vislumbra un panorama saludable. El año que termina ha sido un desastre para las taquillas del mundo entero. Con la situación que afrontamos, resulta difícil pensar que una vez abiertas las salas de proyección, la gente acuda como lo hacía hasta antes de la presencia del letal virus.

El control de la pandemia será lento, por lo tanto la recuperación de los sectores productivos más afectados por esta, será también lento. Ya las grandes compañías cinematográficas planean cómo distribuir sus productos. Una alternativa será la de exhibir al mismo tiempo en streaming y en salas.

Espero que en el desafío para el 2021 nos siga acompañando la buena salud y el buen ánimo. También mantengo la esperanza de que muy pronto podamos volver a las salas de cine. Hoy, más que nunca, se desea desde el corazón un feliz Año Nuevo.

ACLARACIÓN                                                   
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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